Memoria de mi infancia
El fragmento que presentamos a continuaciA?n forma parte del titulado Diario de un escribiente de legaciA?n, uno de los escasos testimonios existentes acerca de la vida de un niAi??o de clase media durante la dAi??cada de la insurgencia y los primeros aAi??os del MAi??xico independiente.
La identidad nacional en las novelitas mexicanas de la primera mitad del siglo XIX
A?CA?mo eran los mexicanos despuAi??s de la Independencia? A?CA?mo se describAi??an a sAi?? mismos? Hoy en dAi??a es comA?n escuchar que los mexicanos somos alegres, cariAi??osos, informales, flojos, toda una serie de estereotipos que pretenden describir la identidad nacional.
De cómo la gente se agolpaba para comprar carne a principios del siglo XIX
Hoy en dAi??a, cuando la carne tiene un precio tan alto que resulta inaccesible para las grandes mayorAi??as, apenas se puede creer que en el siglo XVIII y hasta los primeros meses de la insurgencia, fuera uno de los productos de mayor consumo y menor precio para los habitantes de la ciudad de MAi??xico.
Anita. Recuerdos de un contraguerrillero.
Luego de dominar militarmente el centro de MAi??xico y de proclamarse el Segundo Imperio a mediados de 1863, las tropas de Francia desembarcadas en Veracruz a principios de 1862 y engrosadas poco a poco en los meses siguientes, emprendieron la conquista del resto del territorio. Las encabezaba el general Achilles Bazaine, quien de inmediato dispuso la marcha de dos columnas hacia el norte. A travAi??s de una rA?pida ofensiva, el ejAi??rcito intervencionista ocupA? lugares lejanos, y pronto se afirmA? que dominaba el paAi??s entero.
Ficción y realidad del Batallón de San Patricio
La acciA?n de los irlandeses de desertar del ejAi??rcito estadounidense para luchar junto con los mexicanos en defensa de su soberanAi??a territorial despertA? desde luego la simpatAi??a local y, con el paso del tiempo, en el imaginario colectivo quedA? la impronta de tan romA?ntica actitud: cambiar de bando por identificarse con un puebloai??i??
La jura de don Agustín I en la Cartago de 1823
En la Muy Noble y Muy Leal ciudad de Santiago de Guatemala, capital de la Real Audiencia y CapitanAi??a General, la gente hablaba sobre los sucesos en la AmAi??rica hispana.
Ser niño o niña
La vida cotidiana de los niAi??os y niAi??as mexicanos durante los siglos XIX y Xx
LAS PULQUERÚAS DE LA CIUDAD DE MÉXICO DURANTE EL SIGLO XIX
Si pudiAi??ramos imaginar una pulquerAi??a del siglo XIX, el resultado se asemejarAi??a a una de las descripciones que hizo el escritor Guillermo Prieto en Memorias de mis tiempos: Un jacalA?n inmenso con techo de dos aguas formado de tejamanil sostenido por vigones y bases de piedra. Uno de sus lados da al aire libre, otro lo forman tablones gruesos, con mesas corridas y sillas bajas de tule. El suelo es de tierra apisonada y se cubre a veces con un poco de aserrAi??n, A?ptimo para jugar rayuela sobre Ai??l.