Archivo de la categoría: Cuento histórico

Javier Rico M. Facultad de Filosofía y Letras En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 29-30. El viaje estudiantil del verano de 1975 a un lejano Puerto Escondido estaba impregnado de ideales revolucionarios. En el camino, el descubrir el México profundo dejó otras enseñanzas para aquellos jóvenes que luego se perderían en sus propias búsquedas de vida. “Pero ustedes no traen nada, ¿verdad?” Por un instante (sólo por un instante) sus palabras fluyeron como un mero trámite para mantener la conversación. “No”, respondimos casi a coro. Pero pasado ese momento, quizá por una especie de súbita revelación, nos llenamos de espanto. Había pronunciado la frase con el rostro hacia nosotros, pero en realidad su mirada se perdía en el camino que dejábamos atrás a bordo de un vehículo de carga. A?Era una pregunta como cualquier otra, una sospecha o, peor aún, una advertencia?, ¿qué había querido decir con…

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Silvia L. Cuesy Revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 28. La situación se ha vuelto insostenible, es como si las reco­mendaciones dadas se tomaran al revés. Raúl siente que sus ya de por sí escasas horas de sueño se ven ahora reducidas y turbadas por los desaciertos de su hermano mayor; hay que estar a las vivas a cada rato y cuidar del adelantamien­to moral inculcado con perseverancia y disciplina. Si por lo menos el ingrato se acordara de acudir a él, la vigilia valdría la pena; a últimas fechas ya no le presta la atención acos­tumbrada tiempo atrás. Y la verdad es que una tarea de tal envergadura no es como para echársela a cuestas sin atender una indicación diaria, por lo menos. ¿Qué hacer si Pancho ya no lo evoca, si ya hizo a un lado el reglamento? ¿Habrá perdido sus facultades al apartarse de…

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Maximino Martínez Ocampo Facultad de Filosofía y Letras, UNAM En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 27. A Fernando Orozco y Berra le entretiene más la escritura que la medicina. Le han pedido un artículo y cavila sobre qué escribir. En los cafés encontrará un mundo por descubrir y retratar. También hallará el último golpe de frío que se pueda contar. Una buena mañana en la ciudad de México de mitad de 1850, un médico convertido en escritor camina preocupado a lo largo de su estudio. Su nombre es Fernando Orozco y Berra y hace poco más de un año llegó a la ciudad de México procedente de Puebla buscando otra atmósfera y otros goces. A pesar de tener dos pequeñas arrugas en su entrecejo, es evidente su juventud, pues con 29 años la vida le sonríe avariciosa, haciéndole entrever horizontes sin límites. Y no podía ser de…

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Ana Suárez Instituto Mora En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 26. Su maldad ha convertido a la patria en un vasto cuartel Guillermo Prieto (Fidel) Santa Anna presumirá de generoso por haberte arraigado en este pueblo, Francisco, sin más celadores que el cura y el juez de paz, pero el exilio en el extranjero habría sido mejor. El rebozo verde y la falda roja de doña Lupe ondean junto a la cerca; a la nívea blusa sólo le faltan el águila y la serpiente. ¿Por qué vestirá así? Malhaya, cierra ahora el libro, se inquietará si descubre que lees versos y no las vidas de santos que el cura ordenó. ¡Vaya que debe de creerse lo que este dice sobre los malos instintos que excita la poesía! ¿Sabrá esta mujer de amor? Pregúntale… ¡Vamos, si tiene marido! Para enfadarla es mejor que le cuentes de cómo…

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Silvia L. Cuesy El Colegio de México. En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 25. Once días después de la coronación de Franz Joseph como rey de Hungría, asesinaron a Max. Así terminó su imperio en un país de fanáticos conservadores monárquicos y de taimados indígenas republicanos. Ludwig Angerer, Familia imperial de Austria, fotografía, ca. 1860. De mi calendario desprendo la última hoja de mayo. Los sentimientos se arremolinan… ¿Ha pasado un año?, ¿dos?, ¿una década?, ¿un siglo acaso? El corazón de una madre no distingue tiempo. Los hijos son nuestro eterno presente así, el sufrimiento de antaño me persigue ahora. En especial junio me estremece trayendo imágenes de irónicas jugarretas de los hados, lejanas a todo entendimiento… El deseo de vivir no existe más en mí. ¿Cómo? ¿Por qué? ¿En qué momento el designio de la Providencia bifurcó por tan diferentes sendas los destinos de mis…

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Gloria María Fulladosa Morales En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 24. En medio del escenario, la voz no se apaga. La solista queda en el centro de una esfera opresora, sujeta a los arbitrios de sus íntimas extrañezas. Siente que pierde su chaqueta y se le estruja el corazón. Cree escuchar los sollozos de la muchedumbre. La función está por terminar.. Gran evento musical tuvo lugar en Lecumberri. Extraordinaria función única a cargo de Guillermo Ferrer Clavé, director del Orfeo Catalá. El Imparcial, septiembre de 1910. Sylvia lamenta ser tan pelirroja y llamativa. Preferiría desaparecer como aquella muchacha que la asombró hace algunos años en el escenario del Teatre Principal de Barcelona, al evaporarse de la escena milagrosamente entre antorchas y fogonazos, mientras el ilusionista sonreía diabólico y profesional. Ahora esto no es posible, está obligada a permanecer al frente del improvisado escenario porque no solamente…

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Ana Suárez – Instituto Mora. En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México / Durango, 450 años de historia, edición especial. La guerra ya se huele. Casi se palpita. El país puede desaparecer. Qué hacer para impedirla. Hay que desatar antes de romper, dice alguien en tono diplomático. ¿Una carta que en su ambigüedad ayude a ganar tiempo? Arista se pregunta si destapa la jaula, pero piensa que mejor no, apenas pasan de las seis y, aunque haya llegado abril, el canarito puede coger frío. Por su parte es inútil que se acueste de nuevo, como suele decirse nomás daría vueltas y todo lo vería peor. Y si por suerte lograra conciliar el sueño sentiría otra vez la angustia de la derrota, no de cualquier derrota, sino de la última, la final. Se dice que no es posible seguir de esa manera, tiene que hacer algo, organizar sus ideas, tomar decisiones,…

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Rosalía Martha Pérez Ramírez Instituto Alfonso Vélez Pliego, BUAP En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 23. En la Puebla de 1837, la disposición del gobernador de completar el personal que se necesitaba en el ejército, era un dolor de cabeza para los jueces. ¿Con quiénes podrían completar la cuota que se pedía? Desde el cuartel menor de la calle de Herreros donde se hallaba el juzgado de paz, don Tomás Axotla caminaba diligentemente hacia la esquina de Mercaderes una tarde de primavera de 1837. Contaba con el tiempo preciso para encontrarse con sus colegas en el taller de don Manuel Zincuneguin, que por esos años era el sastre más reconocido entre las esferas poblanas. Lo mortificaba la idea de llegar tarde a la cita pero ¡qué le iba a hacer!¸ los empleados del juzgado le habían hecho una despedida esa mañana; pero más lo perturbaba que…

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Silvia L. Cuessy En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 21.   Malhaya la tarde en que lo conociste, Nacho. Me di cuenta de inmediato. Ese instante cambió tu suerte. ¿Te acuerdas? Pues claro que te acuerdas. Incluso el todopoderoso de la nación te lo dijo: ese hombre sólo te traerá dolores de cabeza, conozco su estirpe. Pero ya era tarde para enterarte de lo que no querías saber. Cuando te topaste con él, tu línea del destino quedó trazada. No pensaste en otra cosa sino averiguar quién era, y pronto tu gente te lo dijo. Te aturdiste con su galanura y su porte bragado. Un apremio se te metió en la piel, y las ganas de conocerlo te desbordaban los poros. La idea de que fuera rebelde e indomable te avivó una extraña mirada sólo entendida por los que sabían tus secretos. TA? que entonces manipulabas…

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Lorena Careaga Universidad del Caribe En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 11. Mi nombre es Cecilia Grierson Duffy, nací en Buenos Aires en 1859, tengo 30 años y soy la primera mujer en la historia de Argentina que ha logrado titularse de doctora en medicina. No es mi culpa. Provengo de una estirpe escocesa de hembras inteligentes, recias y valientes; de varones aventureros, emprendedores y líderes. Siendo todavía una niña, mi padre me llevó a conocer la tierra de nuestros ancestros: Kelso, la ciudad más bella y romántica de Escocia (al decir de Sir Walter Scott). En Duff Manor, la propiedad de su tío, el empresario y diplomático William Parish Robertson, transcurrieron dos años inolvidables de mi existencia, de aquellos que dejan una marca imborrable. Ahí empecé a saber quién era yo y qué quería en la vida. O al menos, lo que no quería. Ahí pasé…

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