Olimpiadas de París 1924. Un debut con tropezones
Miguel Esparza Instituto Mora En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 32. Los orígenes del olimpismo mexicanos están atravesados por disputas de organizaciones y liderazgo. La convocatoria internacional para asistir a las olimpiadas parisinas ayudó a establecer la conformación de un equipo. Los resultados no fueron los esperados, pero la participación fue un parteaguas para el deporte amateur. Las olimpiadas son uno de los eventos que a nivel mundial generan mayor impacto social y captan gran atención mediática. Cada cuatro años, las naciones del mundo se preparan para disputarse la hegemonía deportiva en todas y cada una de las competencias. México no ha sido ajeno al movimiento olímpico y en la actualidad existen instituciones como el Comité Olímpico Mexicano (COM) y la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE), que fueron creadas con el objetivo de administrar y fomentar el desarrollo de las diversas disciplinas deportivas…
Columbus 1916. El destino de los prisioneros villistas
Guadalupe Villa Instituto Mora En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 32. Las razones por las que el ex jefe de la División del Norte incursionó en aquella población estadounidense siguen siendo, un siglo después, materia de hipótesis antes que de conclusiones. Francisco Villa se ganó un poderoso enemigo que lo persiguió infructuosamente en México, pero terminó por generarle importantes pérdidas. Hace ya 100 años, el 9 de marzo de 1916, una fuerza armada encabezada por Pancho Villa atacó la población estadounidense de Columbus, Nuevo México. La periodista Eileen Welsome la describe como: Un pueblo sin importancia, feo, en el que no había ni un solo árbol ni pastos que pudieran contener las resecas tierras levantadas por las tormentas de viento. Las tiendas y casas, cubiertas de polvo, parecían un espejismo. Un lugar donde, en lo más intenso de la primavera, el calor lo inmovilizaba todo; donde el…
Un ilusionista estadounidense hipnotiza a México
Ana Rosa Suárez Argüello Instituto Mora En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 32. Ilusionistas, prestidigitadores, espiritistas, magos o charlatanes abundaron en el país hacia fines del siglo XIX. Uno de ellos fue Washington Irving Bishop, quien en 1888 reunió multitudes que seguían sus hallazgos sobrenaturales. Entre los admiradores estaba la propia esposa del presidente Porfirio Díaz y miembros de su gabinete. El año 1888 pareció presentarse cargado de promesas. Era como si el progreso hubiese llegado y la política de conciliación rindiera sus frutos, de modo que las voces de quienes se oponían a un tercer mandato presidencial de Porfirio Díaz y se percataban de que las mieles del crecimiento no llegaban más que a unos cuantos, se viesen opacadas. En este contexto, el arribo de personajes como Washington Irving Bishop desempeñaba un doble papel: por un lado llenaba las expectativas de aquellos que consideraban que el…
Cuando el ejército introdujo la gimnasia en los cuarteles
María José Garrido Asperó Instituto Mora En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 32. Las derrotas militares dejan enseñanzas. La incapacidad física de la tropa ante un enemigo mejor entrenado, es una de ellas. Por eso México introdujo entre sus soldados hacia 1850 la escuela francesa de gimnasia que sirvió para tener una mejor preparación. Y si bien ya por entonces los deportes y el cuidado físico habían comenzado a permear en la sociedad, queda claro que atender al cuerpo no es sólo una preocupación de nuestro tiempos. Uno de los casos más interesantes en la historia de la educación física, los deportes y la gimnasia en México fue la creación de la Escuela General de Gimnástica del Ejército: el primer esfuerzo serio del Estado mexicano de echar a andar, a mediados del siglo XIX, la capacitación de militares en ese sentido. Resulta interesante porque se dio en…
Vicente Riva Palacio en el Colegio de San Gregorio
José Ortíz Monasterio Instituto Mora En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 32. La educación tradicional católica, tanto en su casa como en las aulas, del autor de Los Ceros, no le impidió transitar hacia el liberalismo y convertirse en un protagonista destacado de la reforma. Fue un estudiante notorio, el hijo admirado por sus padre y protector de su hermano Carlos. Vicente Riva Palacios fue educado en la tradición católica más pura. Su padre tenía firmes creencias religiosas y las oraciones, los santos y toda esa encantadora milagrería del cristianismo debieron ser el ambiente natural de su casa, algo común en cualquier hogar de los años treinta y cuarenta del siglo XIX. Curas, chantres, canónigos y presbíteros, lo mismo que su ilustrísima, tenían un papel importante en aquella sociedad, al igual que las órdenes monacales de hombres y mujeres. La suerte de los padres jesuitas corría…
Editorial
En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 32. A?QuAi?? nos puede unir mA?s a los ciudadanos fuera de las fronteras de nacionalidades y cultura? La religiA?n puede ser un motivo para los que profesan una misma creencia, aunque en su nombre se han levantado las espadas tambiAi??n. El cuidado del medio ambiente adquiere poco a poco ese interAi??s comA?n, a pesar de los intereses econA?micos que se desentienden de propugnar una vida sana. La globalizaciA?n del celular, si hablamos de avances tecnolA?gicos, nos une podrAi??an decir otros, aunque hasta por sus marcas hay seguidores y detractores. Las Olimpiadas parecen resumir una mayor confluencia de acuerdos y aceptaciones de los seres humanos sobre lo que es el respeto por las virtudes de los otros y la dignidad tanto en el triunfo como en la derrota. La confraternidad no encuentra rivales, como nos dice el símbolo tan lúcido de…
Sumario #32
EDITORIAL CORREO DEL LECTOR ARTÍCULOS Vicente Riva Palacio en el Colegio de San Gregorio José Ortiz Monasterio Cuando el ejército introdujo la gimnasia en los cuarteles María José Garrido Asperó Un ilusionista estadunidense hipnotiza a México Ana Rosa Suárez Argüello Columbus 1916. El destino de los prisioneros villistas Guadalupe Villa G. Olimpiadas de París 1924. Un debut con tropezones Miguel Esparza Los estudios afroamericanos y el indigenismo Cynthia García Martínez DESDE HOY La transformación de Pantitlán en un populoso barrio Claudia Patricia Pardo Hernández DESDE AYER El Palacio de Correos, una joya del Centro Histórico Graziella Altamirano Cozzi TESTIMONIO La muerte de un héroe por la espalda Laura Suárez de la Torre ARTE La Ruta de la Amistad Ethel Herrera Moreno CUENTO HISTÓRICO Las tres sopas Irma Ramírez ENTREVISTA Ramón Pereda Saro. Una vida en el cine Ramón Aureliano SEPIA Sedentarismo Darío Fritz
El señor X
Darío Fritz En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 31. Quién no detesta estar varado en algún lugar, sin noticias sobre cuándo continuará el viaje, ansioso por llegar a destino y que alguien llegue para decirnos que estemos en calma porque la demora va para largo. Una huelga en la aerolínea, sobrecupo de pasajes, una tormenta que conflictúa llegadas y salidas, son razones suficientes para echar a andar la verborragia del desencanto. La impotencia toma cuerpo de enojo y derroche de bilis, mientras las agujas del reloj pasan a cuentagotas. El señor de barba de candado da sus explicaciones al grupo, atento a que le resuelva su encrucijada. La calma no se ha roto. Hay atención, pero no se ve exasperado. La sufren las maletas en su función de asientos mullidos. No había celulares por entonces para distraerse. ¿Caminamos hacia la izquierda?, podría decir el hombre con su…
La desobediencia de mi abuela
Elios Mitre En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 31. M’hijo, he decidido desobedecer, a ver qué se siente. ¿A qué se le puede decir no a los 96 años?, ¿a la memoria inacabada?, ¿a las letras de un libro que la vista ya no distingue?, ¿a los pies cansados?, A?a los placeres del paladar? Visito a mi abuela cada quince días, es un tributo a las enseñanzas que recibí en mi niñez y a la cálida protección que nos brindó al enviudar mi madre. Pero también es un deleite escuchar su lucidez al recontar sus andanzas. “Sírveme una copita de oporto, te platicaré cómo a mis seis años, mi madre casi me pierde en la inundación de Pachuca, al reventarse la presa allí por 1923. Al ver el afluente desbordado, en vez de escapar prefirió rescatar sus mercancías que estaban en el suelo. Confundida, me solté de…
El arte del Hotel del Prado
Paulina Martínez Figueroa El Colegio de México En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 31. Concebido como un espacio amplio y variado para el hospedaje cinco estrellas, y que sus cafeterías, restaurantes y salones fueran centro de discusión de la política, espacios de reunión de las élites mexicanas o pasarelas de empresario, intelectuales, estrellas de cine y deportistas, las paredes de este hotel fueron una exquisita vidriera para exhibir a varios de los mejores pintores y muralistas de los años cuarenta y cincuenta del siglo XX. Uno de los edificios más recordados del México de la segunda mitad del siglo XX es el Hotel del Prado. Construido por el arquitecto Carlos Obregón Santacilia e inaugurado en 1947, tras casi quince años de obra, es uno de los espacios que más ha perdurado en e imaginario de los habitantes de la ciudad de México, incluso tras su demolición…