Archivo de la etiqueta: Benito Juárez

Guadalupe Villa G. Instituto Mora En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 59. Recuperamos aquí el discurso que se pronunciara en el Congreso mexiquense para recordar al presidente el 27 de julio de 1872, tras su sorpresiva muerte. La repentina muerte del presidente Benito Juárez causó una gran conmoción entre los mexicanos. Un día después de su deceso, fue fijado en lugares públicos el bando que daba noticia del trágico suceso. En todo el país se dispusieron honras fúnebres y homenajes en memoria del Benemérito. En la capital de la república, la bandera nacional se izó, rematada con crespones, a media asta. La fachada de los edificios de gobierno fue cubierta con cortinajes tricolores adornados con garzas negras. Los empleados de las oficinas vistieron de negro, el comercio cerró sus puertas y las fuerzas armadas lucieron brazalete negro. En Toluca se designó una comisión de nueve ciudadanos…

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Pablo Muñoz Bravo Facultad de Filosofía y Letras, UNAM Revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 47. Las leyes expedidas en el puerto de Veracruz en julio de 1859 –durante la guerra entre conservadores– y liberales fueron la culminación de un largo proceso de modernización del Estado mexicano y se dejaron sentir fuertemente en la capital del país. Sin el ánimo de que el lector entienda lo anterior como una teleología o una fatalidad, pues la historia es todo menos eso, podemos ubicar el antecedente directo de estas disposiciones en las políticas del monarca español Carlos III, quien en el año de 1767 ordenó la expulsión de la Compañía de Jesús de todo su imperio, junto con la modernización de los planes de estudio de sus universidades, en lo que fue un esbozo de la futura separación entre la Iglesia y el Estado. Décadas después, durante las discusiones…

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Silvia L. Cuesy Instituto Mora En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm.  40. Una larga travesía lleva a Benito Juárez de regreso a México. Hay sombreros que se pierden, una identidad simulada, náuseas permanentes, un cargamento que cuidar. Y una esposa que lo espera. Los pertrechos pagados por un particular mexicano serían enviados a Acapulco desde Nueva Orleans: 4 500 fusiles y suficiente parque para cargarlos, decenas de piezas de artillería y pólvora. De los arreglos para su envío se encargaría la compañía naviera de dos cubanos: Domingo Goicuría y Pedro Santacilia, amigos de los conspiradores mexicanos exiliados;ellos, los cubanos, eran también expatriados por traer entre manos la independencia de la isla y su anexión a Estados Unidos. Poco a poco el grueso de los desterrados mexicanos en Nueva Orleans se hallaba concentrado en Brownsville, excepto Benito Juárez que en el verano de 1855 desembarcó en Acapulco.…

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Alexis Ricardo Hernández López Facultad de Filosofía y Letras, UNAM En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm.  40. Las intenciones del emperador austriaco de mejorar las condiciones de vida de los indígenas, por medio de su conversión en propietarios privados de sus tierras para que pudieran obtener mejor rendimiento económico de ellas, chocaron con sus costumbres comunitarias. Tal fue el caso del pueblo de Santa Ana Tepetitlán y su defensa de la propiedad comunal. Con el fusilamiento de Maximiliano, la propuesta nunca se pudo cumplir, pero quizá lo que vendría después sería peor para los pueblos originarios. Es sabido que la época del segundo imperio mexicano (1864-1867) fue una de las más trascendentes para la historia de nuestro país, ya que en ella se definió si lograría o no consolidar su independencia frente a las grandes potencias europeas, como el segundo imperio francés de Napoleón III, quien…

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Ana Suárez Instituto Mora En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 34. Está ahí, en su despacho de Palacio Nacional, sentado en la silla que tanto trabajo le costó alcanzar, se dice que a lo mejor es cierto lo que afirman sus enemigos, y también sus amigos; ya es bastante, lleva 18 años de ser presidente y demasiados de beber de esa pócima que es el poder. Llegó el momento de retirarse. Se pone la mano sobre el corazón, susurra que ha de aceptar la realidad, está viejo y sobre todo enfermo y si no se cuida en cualquier momento la angina de pecho le dará un susto. Benito piensa que si accede a tal petición requerirá de fuerza, mucha fuerza, pero él supo estar a la altura desde la infancia, ¡si por eso dejó Guelatao decidido a no pastorear a una oveja más! También lo estuvo…

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El actual Aeropuerto Internacional de la Ciudad de MAi??xico (AICM) fue inaugurado en 1952 cuando la poblaciA?n de la capital era de tan solo tres millones de habitantes y la economAi??a de MAi??xico era doce veces mA?s chica.

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