Editorial #64
En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 64. La niñez atraviesa médula y cuerpo de este número de BiCentenario. La niñez de los soldados en tiempo de emancipación, la niñez que se encierra para sobrevivir a los disparos de los máuser durante la Decena Trágica, la niñez de un hijo de mineros que opta por no seguir los pasos de su padre, la de cuatro hermanos en la casona del aún pueblo de San Ángel, de un par de sacerdotes para quienes la construcción de la infancia marcará su destino desde concepciones muy opuestas, la niñez traumática de sobrevivir a la guerra fratricida para edificar el futuro a miles de kilómetros de distancia de sus orígenes. Hubo un pasado en que la niñez vivía la guerra a la par de los adultos, aunque ya por ese aprendizaje cruel la definición de madurez le cabía también a ella. Fue…
“Nos llevamos un chasco”
Ana Rosa Suárez Argüello Instituto Mora En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 64. Encomendado por Benito Juárez, el general Manuel Loera fue el encargado de detener a Leonardo Márquez y Tomás O’Horan y Escudero, militares que combatieron contra las armas republicanas. En una entrevista de 1904, Loera relata los detalles de cómo llevó a cabo aquella expedición. Ángel Pola llegó a la capital en 1882 procedente de su natal Chiapa de Corzo, cuando tenía 21 años. Su intención era formarse como veterinario, pero al final le atrajo más el periodismo, al que dedicó casi toda su vida. Colaboró en El Diario del Hogar, El Monitor Republicano, El Siglo Diez y Nueve, El Nacional, El Universal, entre otros. Más tarde fue fundador de El Noticioso, la Revista Moderna y la Editorial Reformista. Al retirarse del periodismo, se dedicó a atender su librería en la calle de Cuba número…
Prisioneros mexicanos en Francia
Ana Rosa Suárez ArgüelloInstituto Mora En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 61. Tras la rendición de Puebla en mayo de 1863 más de medio centenar de militares mexicanos fueron desterrados a Francia. Allí fueron reubicados en diferentes ciudades hasta que poco a poco, en el lapso de dos años, pudieron regresar a México. Lo hicieron por separado, con vivencias diferentes según las opciones que aceptaron. En vista de los avances del enemigo, lo largo del sitio y la escasez de municiones, pertrechos, refuerzos y víveres, los asistentes al consejo de guerra convocado por el general Jesús González Ortega, el 16 de mayo de 1863, votaron por rendir Puebla a las tropas comandadas por el general Forey. Acordaron, además, disolver el ejército para que los soldados pudieran ir en socorro de la ciudad de México; romper el armamento; inutilizar la pólvora y volar los depósitos con ella,…
El espionaje durante la intervención francesa
Aram Alejandro Mena ÁlvarezFacultad de Filosofía y Letras, UNAM En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 59. Exploradores, guías de caminos, encargados del correo y, especialmente, indígenas, fueron empleados como habituales informantes entre los combatientes mexicanos e invasores europeos. Espiar era una actividad arriesgada que, si bien se pagaba, el castigo daba cuenta de su peligrosidad: fusilamiento o ahorcamiento. El origen étnico o nacionalidad de los espías de mediados del siglo XIX, las actividades u oficios que desempeñaban de manera paralela a sus cometidos o los cargos que ocupaban, fueron tan variopintos como la misma sociedad mexicana de entonces. Debido a la naturaleza secreta de sus tareas, la mayoría de las fuentes señalan genéricamente que fueron oficiales o soldados rasos del ejército invasor o mexicano, capellanes militares, chinacos, soldaderas, agentes del imperio, abogados, comerciantes o, simplemente, “muchachos” y “mujeres”. Además, en numerosas ocasiones se amalgamaban las figuras…
Jornada al fondo de la noche
Arturo Garmendia En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 39. Pues ahora, de esos que murieron jóvenes te llega el murmullo. Rainer María Rilke. Elegías de Duino La hoguera del vivac ilumina los pies de los soldados que se preparan para pasar la noche. Su luz es incierta y asciende por los cuerpos yacentes con dificultad. Muchos rostros quedan en penumbras, pero el capitán D’Anjou girando la cabeza puede reconocer a los zuavos, tocados con su fez e inconfundibles por sus anchos pantalones rojos; a los húsares austriacos, en su uniforme verde; y a los propios soldados franceses, de chaqueta corta y quepí azul marino. Próximo a él reposa un jovencito, que custodia el estandarte de la compañía. Se descubre para apoyar la cabeza sobre su mochila y por su cuello desborda una cascada de rizos rubios que, junto a su pálida faz, le dan el aspecto…
Los negocios usureros de la Casa Jecker en México
Noé Ibañez Martínez Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Autónoma de Guerrero. En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 39. Las constantes crisis políticas y económicas que vivía México a mediados del siglo XVIII dieron lugar a fuertes endeudamientos del sector público, del que pudieron obtener fuertes beneficios banqueros y agiotistas. Uno de ellos fue el suizo Jean-Baptiste Jecker, apoyado por el gobierno francés quien encontró en las deudas con la casa Jecker motivos para la intervención de su ejército en México. Luego de la independencia, el nuevo Estado mexicano tuvo que enfrentarse al enorme reto de construir un Estado-nación y las cosas no fueron fáciles. La lucha por el poder entre liberales y conservadores llevó al país a una crisis más profunda, involucrando a enemigos externos con los que México salió perdiendo política, económica y territorialmente. El panorama social, político y económico no era nada alentador.…
Anita. Recuerdos de un contraguerrillero.
Luego de dominar militarmente el centro de MAi??xico y de proclamarse el Segundo Imperio a mediados de 1863, las tropas de Francia desembarcadas en Veracruz a principios de 1862 y engrosadas poco a poco en los meses siguientes, emprendieron la conquista del resto del territorio. Las encabezaba el general Achilles Bazaine, quien de inmediato dispuso la marcha de dos columnas hacia el norte. A travAi??s de una rA?pida ofensiva, el ejAi??rcito intervencionista ocupA? lugares lejanos, y pronto se afirmA? que dominaba el paAi??s entero.