Octavio Paz Solórzano, un zapatista entre llamas
Javier Rico M. FFyL, UNAM. En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 33. Octavio, como su padre Ireneo, tuvo una vida signada por abrazar causas políticas e ideológicas, aunque por ello se alejara de la familia, caería en las penurias económicas o viviera en la soledad. Fiel seguidor del ideario zapatista, en tiempos de su juventud, obtuvo escaso reconocimiento para sus compromisos. Cuando parecía alcanzarlos, las circunstancias políticas y la muerte misma se lo impidieron. Nunca se percató que lo observaban. No supo que seguían sus pasos y tomaban nota de los lugares que frecuentaba y de sus reuniones con personajes que el destino convirtió en sus correligionarios. Es probable que en sus momentos de soledad lo asaltara la nostalgia en aquel lugar tan al norte, tan lejano del barrio que lo había visto crecer. Quienes lo espiaban llegaron incluso a tramar un plan muy complicado para…
El cronista que retrataba a los hombres del poder con penas y glorias
Antonia Pi-Suñer Llorens FFyL, UNAM En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 33. Ireneo Paz se consideraba un liberal que enarbolaba las banderas de la constitución de 1857 y de la reforma. Apostaba por la democracia, y confió en Porfirio Díaz antes de saber que se convertiría a las antípodas de sus creencias. Las definiciones políticas se le volcaron en contra, pero de él queda el periodista, editor y escritor, el divulgador cultura, publicista satírico, creador de medios impresos tanto irónicos y jocosos como serios. A contramano de la historiografía erudita del momento, le quitó el frío y el bronce a los hombres que retrató en novelas históricas, para darles sensibilidad y versatilidad. Con la ironía que lo caracterizaba, Ireneo Paz se despidió de los lectores del Almanaque de El Padre Cobos, en diciembre de 1923, con los siguientes versos: Y aquí doy la despedida A mis…
Los inicios de la biblioteca “Ernesto de la Torre Villar”
Ramón Aureliano Alarcón Instituto Mora En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 33. En el Fondo Antiguo y parte de la colección general de la biblioteca del Instituto Mora se custodian y algunos se ponen en consulta pública, incluso por medios digitales, libros antiguos provenientes de importantes colecciones y bibliotecas. Se trata de ejemplares sobrevivientes desde la época colonial, tanto europeos como americanos, así como de los siglos XIX e inicios del XX. Allí aguardan historias por conocerse. La biblioteca del Instituto Mora es ampliamente reconocida en el campo de las ciencias sociales y las humanidades, tanto por su acervo como por la calidad de su servicio. Su caso es sui géneris, pues custodia una colección “mixta”, es decir, integrada por un fondo antiguo con algo más de 10,000 volúmenes y un acervo general que sirve para los requerimientos de investigación y docencia de la institución y…
Manicomio La Castañeda, recluir para curar
Cristina Sacristán Instituto Mora En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 33. Las buenas intenciones de concentrar en un lugar a los enfermos mentales de la ciudad de México en 1910, se fueron disipando progresivamente hasta que casi seis décadas después fue cerrado. El manicomio como modelo terapéutico basado en el encierro es el mejor ejemplo de lo que no se debe hacer en salud mental. Cuando en 1881 el gobierno de México proyectó por primera vez construir un manicomio moderno para la capital de la república, convocó a una comisión de tres médicos para que respondieran por escrito a la siguiente pregunta: ¿convendría establecer un manicomio en el que estuviesen reunidos los dos hospitales de hombres y mujeres dementes que hay en la actualidad y en qué lugar quedaría convenientemente situado? Aunque quizá nosotros pensemos hoy que las dudas sobre la ubicación del manicomio y la…
Mixcoac un recorrido arquitectónico a través del tiempo
Ximena Montes de Oca Icaza Instituto Mora En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 33. Este barrio que llegó a ser municipio en 1903, se extendía más allá del anillo periférico y hasta Tlalpan. De sus espacios verdes, grandes huertas, casas de fin de semana y la zona de ladrilleras, poco ha quedado. Pero aún así, se mantiene una riqueza de pueblo que todavía puede reconocer. En medio del ajetreo de la ciudad de México se encuentra Mixcoac, un lugar lleno de historia que aún conserva su sabor a barrio y a pueblo, rodeado de edificios y de oficinas, entre grandes avenidas como Insurgentes, Extremadura, Patriotismo, Revolución y Periférico, y atravesada por medios de transporte como el Metro y el Metrobús. Mixcoac, al igual que otros lugares dentro de la urbe, ha ido adaptándose, sufriendo cambios en su apariencia y costumbres, e incluso en la gente que…
Sumario #33
EDITORIAL CORREO DEL LECTOR ARTÍCULOS Mixcoac un recorrido arquitectónico a través del tiempo Ximena Montes de Oca Icaza Manicomio La Castañeda, recluir para curar Cristina Sacristán Los inicios de la biblioteca “Ernesto de la Torre Villar” Ramón Aureliano Transformaciones de un barrio fabril de aguas transparentes Lourdes Roca El cronista que retrataba a los hombres del poder con penas y glorias Antonia Pi-Suñer Llorens Octavio Paz Solórzano, un zapatista entre llamas Javier Rico M. Ejercicio de memoria para un jardín imaginado Octavio Paz ENTREVISTA El Mixcoac de mis recuerdos Graziella Altamirano Cozzi DESDE HOY Logros y transformaciones Diana Guillén DESDE AYER Historia de una casa solariega Laura Suárez de la Torre TESTIMONIO La ira sobre Valentín Norberto Nava Bonilla ARTE Un espacio para el arte. El jardín del Mora Ma. Esther Pérez Salas C. CUENTO HISTÓRICO Estreno de residencia Arturo Sigüenza SEPIA En boca de todos Darío Fritz
Sedentarismo
Darío Fritz. En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 32. Todas las profesiones se asocian a los cinco sentidos. Pero en algunas se fortalecen más. El olfato en el político, el gusto en el sommelier, el tacto en el masajista, la vista en el guardaespaldas, el oído en el adulador. Hay profesiones atribuíbles a las manos como la de los artesanos o a los pies en el caso de los desaparecidos pisadores de uvas. A los brazos en el campesino. Están las del sexto sentido, si es que eso existe: espiritistas, tarotistas, chamanes o apostadores. Profesionales de la suerte como los alpinistas, de la muerte como los taxidermistas o de la vida como los paramédicos. Y hay también profesiones asociadas al sedentarismo. Qué podían hacer ante eso empleados de comercio como los de la imagen si pretendían combatir la rutina detrás de un escritorio haciendo cálculos, revisando estados…
Ramón Pereda Saro. Una vida en el cine
Ramón Aureliano Instituto Mora En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 32. En los tiempos del cine mudo Ramón Pereda Saro se fue a Hollywood, cuando todavía empezaba su carrera y allí se hacían películas en español. Casi tres años de trabajo y 18 películas fueron un aprendizaje acelerado para convertirse en una de las figuras destacadas de los inicios del cine mexicano. Si bien preferiría la actuación y dirección, destacó por la producción de films de rápida manufactura y con temáticas populares. Actor, guionista, director y productor de cine de origen español, Ramón Pereda Saro nació en el seno de una familia de campesinos. Al parecer, influido por consejos de parientes que vivían en México, se embarcó en el puerto de Santander en 1910 para probar fortuna en tierras mexicanas. Tuvo diversos empleos en los que destacó, entre ellos como representante en México para América Latina, de…
Las tres sopas
Irma Ramírez En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 32. La sopa de sapo es asquerosa, pero si se aprende a comerla de un solo jalón, y sin que se note el asco en los ojos o en la cara, puede sacar de muchos aprietos. Se puede hacer más desde adentro que desde afuera y se lo puedo apostar. Bueno, está bien, compañerita, me voy a sincerar con usted, al cabo después de la asamblea delegacional, ya ni modo, ni cómo sacar el sapo que sigue ahí, brincoteando en mis dentros. No sé si fue porque ya estaba cansado de andar siempre en la vil chilla, de quedar mal con mis viejos, que por cierto no estuvieron muy de acuerdo con que estudiara la Normal, que porque luego tendría los ojos puestos en la ciudad, sin querer meter las manos en el trabajo rudo del campo. Y eso…
Correo del Lector #32
En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 32. Del muro de Facebook Los secretos de un elevador, de Graziell Altamirano Cozzi (núm. 28). Me gustaron las fotos de la pareja Porfirio Díaz-Carmen Romero Rubio. ¿Sabían que la población de Candela, Coahuila, se llamó hasta 1921 Ciudad Romero Rubio, en honor de Manuel Romero Rubio, el padre de Carmelita? Jaime Tijerina La revolución y el tiburón martillo, de Javier Rico (núm. 29-30). Me encantó el cuento del Dr. Javier Rico. Alguna vez, en las aulas de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, nos contó la historia que ahora pude leer en la revista. Muchas gracias. Martín Josué Martínez La boda de la abuela, de Diana Guillén (núm. 10). Saludos. Soy tataranieto de María Salazar y Gutiérrez Marroquín, casada con Bonifacio Guillén, hermano de Flavio Guillén. Carlos ¿Sabías qué? El aguacate, hoy muy apreciado en todo el…