Archivo del Autor: Norberto Nava

Suenan mariachis y las calles se impregnan de aroma a taco, chilaquiles y mole. Reina el acento latino y los colores verde, rojo y blanco. Cada 5 de mayo, miles de mexicanos invaden los centros de sus comunidades en alrededor de 200 ciudades estadunidenses para festejar una fecha que para ellos tiene mayor importancia que el propio 16 de septiembre. Desde la misma Casa Blanca se comparte el festejo de los 34 millones de mexicanos. No son un dato menor: suman el once por ciento de la población total del país y 65% de los hispa- nos residentes. La conmemoración por los aniversarios de la Batalla de Puebla de 1862, conocida allí como Día del orgullo mexicano, va adquiriendo dimensión propia, aunque no tenga la espectacularidad del Desfile nacional puertorriqueño en Nueva York, o la popularidad del Día de San Patricio de los irlandeses. Pero, ¿por qué esta conmemoración se…

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EDITORIAL CORREO DEL LECTOR ARTÍCULOS Iturbide: coronación imperial o ruptura con España Joaquín E. Espinosa Aguirre Xalapa, blindada contra el cólera Rogelio Jiménez Marce La inspiración del 5 de Mayo para los migrantes Juan Mora-Torres Los espacios de hospedaje en el siglo XIX Paulina Martínez Figueroa Los autores del magnicidio de Madero y Pino Suárez Edgar Sáenz López La lucha electoral de la izquierda en las elecciones de 1964 Ana Victoria Gaxiola Lazcano DESDE HOY Dos décadas del tlcan. Aciertos y oportunidades perdidas Patricia de los Ríos y Paolo Riguzzi DESDE AYER Volcán Paricutín. A 71 años de su nacimiento Eulalia Ribera Carbó TESTIMONIO “Qué quiere usted: soy mexicano” Arturo D. Ríos ARTE El arte de Luis Nishizawa Guadalupe Villa Guerrero CUENTO HISTÓRICO El cupo, el juez y el capitán Rosalía Martha Pérez Ramírez ENTREVISTA Gilberto Nava Presa. Memorias de un militar villista Guadalupe Villa Guerrero SEPIA Aquellos Selfies Darío…

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Darío Fritz Las ilusiones del mundo de los adultos están iluminadas con el cambio de cada año de un cúmulo de necesidades materiales y afectivas que se comprimen la mayor parte de las veces en aspiraciones de dinero, salud y afectos correspondidos. Las de los niños, traducidas en juguetes los días 6 de enero, según la usanza occidental, se edifican a la medida del contexto en el que van construyendo sus vidas: muñecas, casitas en miniatura, manualidades, en el caso de las niñas; el balón, el carrito, un arma, en los varones. Eso ha sido lo tradicional que en el siglo XXI las nuevas tecnologías han ayudado a transformar –a la par de vaciar los bolsillos de los padres– en utensilios más sofisticados pero que no distinguen género: el videojuego, la consola de vanguardia y los celulares igualan las ilusiones femeninas y masculinas. Nuestro niño de la foto nos lleva…

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Tamara Gleason Freidberg Facultad de Filosofía y Letras, UNAM En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 22. La emigración a México de judíos europeos está hecha de familias como las de Román Wajsfeld y Rivke Leye Gura, dos militantes socialista bundistas y antirreligiosos a los que hasta el mismo hecho de ser patrones y no empleados les generaba contradicción. El espíritu liberal de la Constitución mexicana los animó a abandonar Francia ante la llegada del nazismo a Europa. Se asentaron, formaron parte de la comunidad y fueron solidarios sin importar si se trataba de perseguidos políticos o empleados. Los judíos llegaron a México de diversos países, con tradiciones, idiomas y costumbres diferentes. Para las primeras décadas del siglo XX se encontraban en el país judíos que provenían de Medio Oriente, los Balcanes, Europa central y Europa del este. La mayoría llegó a México sin saber cómo era…

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Ana Suárez Instituto Mora En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 22. El ruido aumenta, las pisadas sobre la hierba y la rotura de ramas indican que el jinete no va solo. De un súbito muro de sombras sale una descarga de fusilería. Aparecen Juárez, el Gran Maestre y San Ignacio de Loyola para sonreírle al presidente Comonfort. Es tiempo de cosechar el maíz o disponer la tierra para el trigo, pero los campos que pasan a los lados de la carretela se ven solitarios y tristes y la gente se guarda en sus casas. Debe ser por el calor de las cuatro o más bien por la incertidumbre reinante, ya los vecinos de Chamacuero les advirtieron de la gavilla de malhechores que merodea por las cercanías. Carajo, el abandono ha hecho presa del país después de la guerra civil que él mismo provocó, por qué, aún…

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Maddelyne Uribe Delabra Facultad de Filosofía y Letras, UNAM. En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 22. El regreso a México de Carmen Romero Rubio no pasó desapercibido ni en silencio. La viuda de Porfirio Díaz fue recibida con entusiasmo por viejos porfiristas, muchos curiosos y una prensa halagadora a pesar de más de dos décadas de exilio. Sin otro interés más que pasar en paz la vejez, vivió con cierta modestia durante más de nueve años en una casa de la colonia Roma, sosteniendo una vida social austera. Sonaban las campanas del mediodía del 1 de noviembre de 1934, cuando el trasatlántico francés Mexique atracó en el puerto de Veracruz. Congregada en el muelle, la más distinguida sociedad porteña acudía con ramos de flores y presto entusiasmo para dar la bienvenida a doña Carmen Romero Rubio, viuda de Díaz, tras casi 20 años de exilio en…

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Faustino A. Aquino Sánchez Museo Nacional de las Intervenciones, INAH. En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 22. Si hay una vestimenta que pueda identificar la imagen del hombre de campo mexicano es la del charro. El autor la defiende como tradición ecuestre de siglos, arraigada en la población, que le da identidad y renombre al país, en contraposición a quienes la cuestionan por su imagen estereotipada y supuestamente artificial. Desde tiempos antiguos se ha considerado al charro como la imagen por antonomasia de lo mexicano. Sin embargo, en las últimas décadas, la legitimidad de su traje como el traje nacional de México ha sido cuestionada por historiadores e intelectuales que consideran a los charros de hoy descendientes y representantes de las clases y regiones más conservadoras del país, y a su representatividad nacional, un invento, un simple estereotipo de la política priista de la primera mitad…

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Miguel Ángel Grijalva Dávila Instituto Mora En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 22. Álvaro Obregón Tapia gobernó Sonora con mano autoritaria y escaso tacto político en la segunda mitad de los años 50. Llevaba el apellido de uno de los generales de la revolución, y eso le ayudó a sobrevivir pese al rechazo que terminó por concitar, incluso entre sus colegas priistas. Muchos fueron los cachorros que formó la revolución, esta es la historia de uno de los menos conocidos: Álvaro Obregón Tapia, hijo del caudillo Álvaro Obregón Salido. Cuando Álvaro Obregón Tapia visitaba el Castillo de Chapultepec, no sólo iba a recorrer el museo en que se convirtió el inmueble, sino que volvía al lugar que lo vio nacer. En una entrevista concedida al investigador Nicholas Pineda en 1992, Obregón Tapia le contó que en 1916 su padre era secretario de Guerra y Marina y…

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Martha Eva Rocha Islas Dirección de Estudios Históricos, INAH En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 22. Se cumplen seis décadas de la entrada en vigor de la ley que puso en pie de igualdad el derecho a votar de la mujer mexicana. Pero ya en 1915 un grupo de mujeres había colocado el tema en discusión a través de los clubes femeniles y la difusión en la prensa. El Congreso Constituyente de 1916 le dio un eco poderoso, donde si bien no permearon las propuestas por el sufragio femenino, dotó de legitimidad su reclamo democrático. El debate legislativo sobre el voto femenino en México se dio por primera vez en el Congreso Constituyente de 1916. El país aún no estaba en paz, sin embargo la facción carrancista se vislumbraba como la vencedora. Allí se presentaron tres iniciativas a discusión, resultado de la activa participación que habían…

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Jesús Guzmán Urióstegui Facultad de Filosofía y Letras, UNAM. En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 22. Fue la espada que se alzó en el sur junto con varios miles de hombres, con quienes a pesar de la escasa formación militar colocó a la defensiva a los españoles. Iturbide tuvo que acordar con aquel guerrillero valiente, y aunque firmaron una paz que sólo duró dos años, el espíritu independentista y republicano de Guerrero se mantendría hasta su muerte. Vicente Ramón Guerrero Saldaña, a quien se bautizó en Tixtla el 10 de agosto de 1782, se insertó en la gesta independentista por lo menos desde octubre de 1810, figurando ya para mediados de noviembre como uno de los cabecillas que controlaban Tetela del Río, en la Tierra Caliente del actual estado de Guerrero. Desde ahí dotaría de provisiones a las huestes de la región norte, dirigidas por Francisco…

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