La atención de niños y jóvenes al paso de la revolución
Ingrid Noemí López PadillaInstituto Mora En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 50. Después de la revolución mexicana, el país quedó en un estado deplorable. Las clases populares, campesinos y obreros, principalmente, fueron quienes más lo padecieron ante la falta de recursos económicos. La preocupación de las élites política y social se acrecentó al percatarse de las condiciones en las cuales se encontraba la mayor parte de la población de la ciudad de México. De ahí que, desde principios de la década de 1920, se abordaran muchos de los problemas sociales sin resolver antes de la revolución. Instituciones heredadas del régimen porfirista como la Casa de Corrección, el Hospital General y el Hospicio de Pobres no bastaban para menguar esas dificultades. Los médicos sostuvieron que la salud y la educación de los niños debían ser atendidos y las autoridades tendrían que encontrar los elementos necesarios para el…
Ilusiones
Darío Fritz En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 25. La escenografía ha cambiado, pero el presente y el pasado de los niños que piden ayuda –seguramente unas monedas– se mantienen en su lugar. Manos alzadas que imploran por algo que llevar a casa. Del otro lado de las vías entonces, o del otro lado de una vereda, un camellón, una avenida, en la actualidad. Sólo pueden ofrecer a cambio la bondad de sus rostros aún inocentes. Son solidarios con las necesidades de quienes los arropan todos los días, les aportan unos bocados y los duermen en las noches. Detrás de ellos hay quienes están fuera del mercado laboral, que seguramente pasaron por situaciones similares a sus edades, que por poco rato fueron a la escuela y no les quedó más que aprovechar las oportunidades de hacer los trabajos más duros. Los tiempos cambian y la humanidad…
Los niños de Pancho Villa
Uno de los personajes mA?s controvertidos de la revoluciA?n Mexicana es, sin duda, Pancho Villa. En torno suyo se han escrito una buena cantidad de libros que, sin tAi??rminos medios, se han nutrido con historias fantA?sticas que subrayan los rasgos negativos de su carA?cter.