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Iván LópezgalloInstituto Mora En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 48 “Me viene la conformidad luego que recuerdo que murió por su patria”. Sra. Ignacia Martínez de Valle. Dicen que cuando vamos a morir pasa toda nuestra existencia frente a nosotros. ¿Habrá sido así contigo? Cuando te dijeron que te quedaba media hora de vida, ¿qué fue lo que hiciste? Sabemos que preguntaste quién ordenó tu ejecución. Y que cuando te respondieron que Márquez, aquel reaccionario mocho y santurrón que lo mismo se daba golpes de pecho que mandaba matar a sus prisioneros, agregaste sereno: —Hace bien, yo no le hubiera dado ni tres minutos. Y descendiste de tu caballo San Pedro, un vigoroso alazán tostado, para luego pedirles pluma y papel. —Deseo escribir a mi familia —le explicaste al jefe de los cangrejos. ¿En qué pensaste mientras esperabas? ¿En tu mamá, doña Ignacia? ¿En Luisa Jáuregui…

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Silvia L. Cuesy Revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 54. Mucho gusto, mi general, tantos años penando por saber de usted… Empecé con las ganas cuando llegué a trabajar aquí, hace ya harto tiempo… Y nadie me daba razón. Anduve pregunte y pregunte por todos lados. De algunos asuntos supe casi sin yo indagarlo. Averiguar su historia se me volvió una testarudez, no sé por qué. Nadie me daba razón, le digo. ¡Chin!, como si usted no existiera; hasta topar, ¿a qué no adivina con quiénes?: con los vendedores de libros viejos del rumbo que tanto saben… Pero cómo no va a existir, si aquí estamos, ¿no? Yo frente a usted y usted frente a mí. Quizá su excelencia no se imaginase nunca este momento; la verdad es que yo mucho menos. Curiosa la vida, ¿verdad?, ni aunque lo hubiese yo pedido me habría imaginado llegar a conocerlo.…

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Gustavo Javier Helguera SalasFacultad de Filosofía y Letras Revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 46. Durante el Porfiriato, el Colegio Militar formaba a cuerpos de élite, en contraste con el resto del ejército, cuyos integrantes, conocidos como consignados, eran enviados desde los pueblos, a la fuerza, por los presidentes municipales y los jefes políticos. Con el triunfo de Juárez y la república sobre el imperio de Maximiliano en 1867 se reanudaron los cursos en el Colegio Militar, institución que ofrecía a los jóvenes de clase media una formación a lo largo de siete años y, además, les proporcionaba una educación científica en ingeniería o arquitectura. Sin embargo, uno de los inconvenientes del programa era lo tortuoso del escalafón, ya que si un oficial especializado en infantería, artillería o caballería quería convertirse en coronel debía seguir dentro de las fuerzas armadas unos 25 o 30 años más, con…

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