Prisioneros mexicanos en Francia
Ana Rosa Suárez ArgüelloInstituto Mora En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 61. Tras la rendición de Puebla en mayo de 1863 más de medio centenar de militares mexicanos fueron desterrados a Francia. Allí fueron reubicados en diferentes ciudades hasta que poco a poco, en el lapso de dos años, pudieron regresar a México. Lo hicieron por separado, con vivencias diferentes según las opciones que aceptaron. En vista de los avances del enemigo, lo largo del sitio y la escasez de municiones, pertrechos, refuerzos y víveres, los asistentes al consejo de guerra convocado por el general Jesús González Ortega, el 16 de mayo de 1863, votaron por rendir Puebla a las tropas comandadas por el general Forey. Acordaron, además, disolver el ejército para que los soldados pudieran ir en socorro de la ciudad de México; romper el armamento; inutilizar la pólvora y volar los depósitos con ella,…
El bloqueo comercial francés de 1838
Faustino A. Aquino Sánchez Museo Nacional de las Intervenciones En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 41. Cualquier pacto comercial con las potencias europeas o estadounidense a principios del siglo XIX, era tan necesario como desigual. Para los franceses, reacios a conceder reconocimientos de independencia, se trataba de una imposición antes que la búsqueda de mutuos beneficios y por eso instrumentaron una intervención militar al puerto de Veracruz, la primera, y que no sería la última. Los líderes de las recién independizadas naciones hispanoamericanas vieron en la firma de tratados de comercio con las grandes potencias una manera de integrarse al mundo occidental. En Europa, las relaciones comerciales eran consideradas una muestra del grado de “civilización” de un pueblo, por lo cual podían dar aliados y respetabilidad a las nuevas naciones independientes. Las posibilidades de expansión que el mercado mexicano ofrecía a las potencias marítimas eran tan…
El Cancán rompe tradiciones
Ramón Jiménez Gómez Facultad de Filosofía y Letras, UNAM En revista BiCentenario. El ayer y hoy de Méico, núm. 26. En la segunda mitad del siglo XIX irrumpía en México la cultura francesa. Era la tendencia de la época. Quien estuviera fuera del modelo cultural que irradiaba desde París se quedaba anquilosado en el pasado. Un ejemplo fue aquel baile de mujeres que alzaban sus piernas e inmortalizaría el pintor Toulouse Lautrec. Indecentes para algunos, tuvo su furor que decaería al cabo de un corto tiempo, hasta renacer durante el porfiriato. La noche del 23 de julio de 1869 la compañía española de zarzuelas, dirigida por el compositor Joaquín Gatzambide, estrenó en el Gran Teatro Nacional la opereta Orfeo en los infiernos, con libreto de Ludovico Halevy y música de Jacques Offenbach. De repente el público se volvió loco: cayó y subió el telón rápidamente en más de diez ocasiones;…