Archivo de la categoría: BiCentenario 56

Ivonne Meza Huacuja Instituto Mora En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 56. Los prejuicios raciales marcaron en California, hacia 1943, a los grupos juveniles conocidos como pachucos. Las acusaciones de generar disturbios y motines en California obedecían al rechazo a una forma de vestir diferente, pero detrás de ellos estaba también la cosificación racial –no tenían acceso a educación, por ejemplo– y la desconfianza a que se integraran socialmente. La noche del 3 de junio de 1943 fue el comienzo de una de las más célebres confrontaciones juveniles en la historia de Estados Unidos. Su misma denominación zoot suit riots plantea, de antemano, la arbitrariedad y los prejuicios contra las juventudes mexicoamericanas que habitaban en el que 100 años antes había constituido, geográficamente, parte del septentrión mexicano. Los zoot suit riots o motines de pachucos, como sería traducido, no se trataba de una sublevación contra la “nueva”…

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Faustino A. Aquino Museo Nacional de las Intervenciones, INAH En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 56. Si el traje de charro es considerado el símbolo de la masculinidad mexicana, el vestido de china poblana lo es de la feminidad, sólo que este último, a diferencia del primero, se encuentra envuelto en el mito y la suspicacia.  El mito fue inventado por el coronel Antonio Carreón quien, en su Historia de la ciudad de Puebla (1896), afirmó que la mística poblana Catarina de San Juan (1613-1688) era de origen chino y, por ello, fue conocida como la China Poblana. Se trataba de una princesa india quien, luego de ser secuestrada por corsarios portugueses hacia 1622-1623, fue llevada a Cochín, en la costa de Malabar, donde la bautizaron como Catarina de San Juan; posteriormente fue llevada a Manila, donde la vendieron como esclava a un agente del capitán poblano…

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Fernando Aguayo Instituto Mora En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 56. A finales del siglo XIX, el empresario Charles Beets Waite descubrió una gran oportunidad de enriquecerse con la compra de archivos fotográficos, cuyos contenidos luego vendió como propios. Diversas investigaciones muestran sus artilugios, incluso legales, para apropiarse del trabajo de reconocidos fotógrafos de entonces. En la parte final del porfiriato se publicaron miles de libros, folletos y publicaciones periódicas que tenían como propósito alabar los logros del régimen y justificar medidas de control social, además de construir obras faraónicas. Decenas de ejemplares de este tipo de materiales, los cuales se han calificado como todo un género editorial de promoción del régimen porfiriano, se resguardan en el acervo bibliográfico del Instituto Mora.   Tal es el caso del texto de John R. Southworth, México Ilustrado. Distrito Federal. (Liverpool, Blake and Mackenzie, 1903), en el cual se indica que…

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Sergio Moreno Juárez Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 56. El abuso de menores fue la constante de la cárcel de Belem, erigida en el sur de la ciudad de México a mediados del siglo XIX con el fin de aplicar métodos modernos para la época de reinserción social. El periodista queretano pudo constatarlo durante dos detenciones y hacerlo público. El 22 de enero de 1863, a las seis de la mañana, ocurrió un insólito evento en la ciudad de México. Ante la mirada estupefacta de familiares y vecinos, tuvo lugar una procesión de reos procedente de la cárcel nacional de la ex Acordada –en el extremo oeste de la Alameda– con destino a la recién inaugurada cárcel de Belem, ubicada al sur de la capital. El nuevo penal, instituido en el vetusto edificio del colegio de niñas huérfanas de San Miguel de Belem…

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Guadalupe Villa G. Instituto Mora En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 56. Agustín de Iturbide fue proclamado emperador el 21 de julio de 1822 con la mayor pompa posible, pese a las restricciones económicas. La vestimenta siguió los lineamientos señalados en el Pontifical Romano, los principales edificios públicos fueron iluminados y engalanados, y las coronas de la pareja imperial se elaboraron con joyas prestadas y valiosas. Fue una gran fiesta que incluyó el lanzamiento de monedas de plata al pueblo desde la catedral y el antiguo palacio virreinal. La situación económica del imperio en aquellos primeros días, veíase contrariada o desvanecida por la pobreza general.  Lucas Alamán   Proclamado y elegido Agustín de Iturbide primer emperador constitucional de México, se iniciaron los preparativos para organizar su coronación y la “Casa Imperial”. Imaginemos por un momento lo que para el novel monarca significaba su nuevo encargo. Desde luego ideó…

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