Un Ángel para la nación
Ana Buriano C. / Instituto Mora BiCentenario #9 “El día que Madero entró hasta la tierra tembló” fue la tonadilla que acuñaron las decenas de miles de habitantes de la Ciudad de México que fueron a recibirlo el 7 de junio de 1911. Los capitalinos lo recordaban como el temblor más intenso del que tenían memoria. Algún derrumbe se produjo en un cuartel de artillería por la Ribera de San Cosme, hubo cuarteaduras en edificios públicos y en muchas casas de Santa María la Ribera, uno de los barrios más dañados. Sin embargo, el “temblor Madero” quedó opacado por el sismo social que sacudía al país y produjo quizá menos especulaciones que el pasar del cometa Halley, poco más de un año antes. Pese a la intensidad del movimiento la majestuosa columna conmemorativa, rematada en su capitel por una Victoria alada recubierta en oro, que se había inaugurado poco más…
Orizaba y las fiestas del Centenario
Eulalia Ribera Carbó / Instituto Mora BiCentenario #9 El México de 1910 no era lo que parecía, y menos aún lo que el gobierno de Porfirio Díaz intentaba que pareciera. Es verdad que el balance de los 33 años, si contamos el cuatrienio de Manuel González, durante os cuales el general Díaz ejerció el mando supremo del Estado, era altamente positivo, sobre todo si se compara la situación del país en 1910 con la de 1877. El sólido aparato estatal construido por los liberales reformadores de mediados de siglo, hizo posible que la alianza concertada en los años ochenta entre el poder político y los grandes terratenientes, principales beneficiarios de la desamortización y de la nacionalización de los bienes de las corporaciones, rindiera frutos. El desarrollo económico era notable, nadie podía poner en duda la estabilidad política, y la paz social, conseguida más a base de palo que de pan,…
México, 6 de octubre de 1910: La ceremonia de la apoteosis
Guillermo Brenes Tencio / Historiador, Costa Rica. BiCentenario #9 Que el sol del Centenario ilumine el camino de la falange heroica que vencer. al destino fecundando la tierra y dominando al mar. ¡Voz de la apoteosis, que brotas de la historia, lleva hasta nuestros padres, como un canto de gloria, la vibración inmensa del alma popular! Justo Sierra, 6 de octubre de 1910 El año de 1910, Centenario de la Independencia de México, fue harto memorable. Fastuosas ceremonias y fiestas enmarcaron el gran aniversario de la República Mexicana, que contaba entonces con una población de 15 160 369 habitantes. Como agentes de la memoria oficial, las fiestas patrias de septiembre de 1910 sirvieron para erigir y develar estatuas y monumentos a los héroes de la historia patria. La construcción de los recuerdos pasados a través de los monumentos no es ingenua. La imaginación cívica que se forma con el desarrollo…