Aquellas Selfies
Darío Fritz En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 23. Ser o no ser. Ser vistos o no ser nada. La fotografía siempre ha sido la huella más amistosa para dejar rastros de quiénes fuimos, de dónde venimos. Una huella tan poderosa, aunque de resultados lúdicos, semejante al documento que nos identifica, el acta de nacimiento, la casa donde crecimos, o la calle que lleva un nombre familiar, si es que tan alto llegamos en las consideraciones de los vecinos. ¿Cómo resistirse a no dejar una impronta visual, al menos, si está en nuestro ADN exhibirnos, así sea enmarcados? Los retratos quizá hayan sido los primeros, aunque estuvieran fuera del alcance de la mayoría cuando la fotografía no era ni siquiera sueño. Los hubo esculpidos en piedra en el Antiguo Egipto o en construcciones monumentales de la Edad Media. Le siguieron los célebres de la pintura: Durero,…