Reloj de arena #16

Reloj de arena #16

  • 1812-V-2

Sitiado en Cuautla por las tropas realistas mandadas por el general Félix María Calleja desde el 9 de febrero, José María Morelos y Pavón decide romper el cerco después de 70 días en que él y sus hombres sufrieron por hambre, sed y enfermedades contagiosas. Sobre ellos el propio Calleja expresó:

Si la constancia y actividad de los defensores de Cuautla fuese con moralidad y dirigida a una causa justa, merecería algún lugar distinguido en la historia; estrechados por nuestras tropas y afligidos por la necesidad, manifiestan alegría en todos los sucesos, entierran sus cadáveres con algazara, bailes y borrachera, al regreso de sus frecuentes salidas cualquiera que haya sido el éxito, imponiendo pena de la vida al que habla de desgracias o de rendición.

  • 1862-IV-14

El general Ignacio Zaragoza, aquien el presidente Benito Juárez ha puesto al mando del Ejército de Oriente, tiene la difícil misión de detener al ejército francés que desde Veracruz avanza hacia Puebla. Sin amedrentarse en momento alguno dirige a sus soldados las palabras siguientes:

Valor amigos míos… Tengo una fe ciegen nuestro triunfo;en el delos ciudadanos sobrloesclavosmuy pronto se convence el usurpador del trono francés que pasó ya la época de las conquistas; vamos a poner la primera piedra del grandioso edificio que libra a Francia del vasallaje a que la han sujetado las bayonetas de un déspota.

  • 1912-V-24

El presidente Francisco I. Madero declara que, una vez que se terminen “las convulsiones” que sacuden el país, la república entrará en “una franca era de progreso material”, que acrecentará el bienestar de “las clases proletarias”, permitirá que el gobierno resuelva el problema agrario y favorecerá el desarrollo de la educación pública. Los tres factores: democracia, leyes agrarias apropiadas y un buen sistema educativo permitirán que el pueblo mexicano, sin dolorosas ni violentas sacudidas, siga desenvolviéndose lenta, pero seguramente, hacia el logro de sus más altas aspiraciones.

  • 1962-V-23

Rubén Jaramillo, un tenaz defensor del reparto agrario, sostiene la resistencia armada en las montañas de Morelos; apenas había recibido la amnistía presidencial, cuando es sorprendido en su casa de Tlalquitenango por varios vehículos militares y trasladado, con su esposa embarazada y tres hijos, al centro ceremonial de Xochicalco, donde relata el escritor Carlos Fuentes:

los bajan a empujones. Jaramillo no se contiene […] a culatazos lo derrumban, le saltan un ojo. Disparan las ametralladoras Thompson. Epifanía se arroja contra los asesinos […], la tiran sobre las piedras. Filemón los injuria; vuelven a disparar […] Ahora todo es más rápido; caen Ricardo y Enrique acribillados […] La partida espera el fin de los estertores. Se prolongan. Se acercan con las pistolas en la mano a las frentes de la mujer y los cuatro hombres. Disparan el tiro de gracia. Otra vez el silencio en Xochicalco.

www.revistabicentenario.com.mx