BiCentenario #7
Conmemorar significa hacer memoria, recordar. Por ello, la revista BiCentenario invita a sus lectores a evocar juntos dos momentos claves en el acontecer histórico de lo que hoy es nuestro México: la Independencia y la Revolución. Asomarnos al pasado para admirar el esfuerzo de quienes propiciaron los grandes cambios que llevaron a construir una nueva nación, la que entre guerras, asonadas y experimentos de gobierno se propuso buscar una identidad propia. Este año de 2010 es buen momento para revisar y debatir lo que dejaron como herencia las generaciones que arribaron a su tiempo con ideas y propuestas distintas. Nuestra historia ha estado sujeta a procesos complejos, a hechos excepcionales, a acontecimientos inesperados, a vaivenes sociales, culturales, económicos y políticos.
BiCentenario invita a viajar al pasado, a pensar, a analizar los cambios que en lo material y en lo social se han dado a lo largo de estos años de historia y los retos que el futuro nos plantea. Entre los artículos de este número, los lectores encontrarán cómo, a partir de la declaratoria oficial del presidente Guadalupe Victoria, se solemnizó la celebración del 16 de septiembre en la capital de la República, para luego extenderse al resto del país. Las fiestas patrias en Michoacán muestran los pasos que se fueron dando para la formalización de cada aniversario y los cambios que durante la segunda república centralista se introdujeron para rendir honores, que luego desaparecerían, a quien consumó la independencia: Agustín de Iturbide. El preludio al Segundo Imperio, nos permite asomarnos a la intimidad de Maximiliano y Carlota, desde su salida de Trieste, hasta la llegada a México. Del ceremonial cortesano pasamos a otro grupo social, el indígena. Las distintas miradas existentes sobre la rebelión chamula ocurrida de 1868 a 1869, muestran la mezcla de intereses -entre poder eclesiástico y civil- que al chocar con la población indígena, desencadenaron una serie de hostilidades en diferentes regiones de Chiapas. Se describe en otro texto cómo el alcoholismo ha sido uno de los principales vicios entre las clases trabajadoras de la ciudad de México, cuya extendida práctica, condenada por la prensa obrera, era tolerada por ciertos propietarios de fábricas y talleres que vieron en el pulque a un aliado para su explotación laboral. En la rica diversidad de materiales que nos ofrecen los colaboradores de este número, encontramos el ensayo sobre la fotografía y el inicio de la revolución mexicana. Sin duda, las cámaras de los documentalistas gráficos dejaron un riquísimo testimonio tanto de personajes conocidos como de gente anónima, inmersa en la cotidianeidad de la guerra. Uno de los episodios que sin duda desbordó el nacionalismo mexicano fue la expropiación petrolera; habituados como estamos a escuchar acerca de las presiones que los gobiernos extranjeros ejercieron para que Lázaro Cárdenas diera marcha atrás al decreto expropiatorio, no dejan de asombrarnos los reportes y la labor del diplomático holandés A. Methífer. En la sección Desde hoy, se nos ofrece una interesante reflexión sobre la identidad nacional a partir de preguntarse: ¿quiénes somos los mexicanos? ¿Qué significa serlo 200 años después de la Independencia y 100 después de la Revolución? El relato de un japonés radicado en México durante la segunda guerra mundial muestra lo que tuvieron que padecer sus compatriotas debido a la decisión del presidente Manuel Ávila Camacho de romper relaciones con Japón: suspensión de garantías individuales, embargo de propiedades, congelamiento de cuentas bancarias e interrupción del otorgamiento de cartas de naturalización. Como la vida misma, pasamos de lo amargo a lo festivo: el artículo sobre el día de Reyes nos enseña cómo fue que surgió y se popularizó esta tradición y las diversas transformaciones que ha tenido con el tiempo. Como ya es habitual, se incluyen también notas de literatura y arte. El cuento Abuelo grande nos transporta al futuro, en plena celebración del centenario de la promulgación de la Carta Magna. Recuerdos familiares van y vienen del Querétaro porfiriano al 2017, entremezclándose con una frustrada historia de amor. De los deseos terrenales se pasa a los espirituales, con la colección de libros de coro que conserva la catedral de México. Joyas artísticas que, por su confección, forman parte de nuestro patrimonio cultural. Finalmente, una serie de relatos que, en conjunto, intentan reconstruir los tres últimos años de la vida de Villa, recogiendo su relación con el poder nacional y el epílogo de su asesinato a traición. Con todas estas ventanas abiertas esperamos, una vez más, que nuestros lectores se asomen con curiosidad e interés y disfruten del mundo misceláneo que les ofrece BiCentenario.
Guadalupe Villa Guerrero Instituto Mora