Miguel Agustín Pro, el sacerdote mártir que festejaba la vida
María Gabriela Aguirre Cristiani Universidad Autónoma Metropolitana, X. En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 26. El padre jesuita pasó algunos años en Europa, fortaleciendo su formación educativa y afrontando problemas de salud. Su regreso a México lo tomó por sorpresa, en un momento en que la actividad religiosa era perseguida por el gobierno de Calles. La convivencia con su colega John J. Druhan muestra la personalidad alegre, entusiasta y comprometida con sus creencias de un hombre que seis décadas después de su fusilamiento fue beatificado por el Vaticano. A finales de diciembre de 1924, en plenas fiestas navideñas, dos jesuitas iniciaron una corta pero significativa amistad cuyo punto de encuentro fue la casa de estudios de Maison St. Augustin, en Enghien, Bélgica. Se trataba del padre mexicano Miguel Agustín Pro y del estadunidense John J. Druhan. Siete años después de aquella fecha, con cierta dosis de…