Alojarse y comer en la ciudad de México del siglo XIX
Laura Suárez de la Torre Instituto Mora En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 62. Como en toda época, los servicios de alimentación y hospedaje van de acuerdo con el bolsillo de la clientela. Un siglo y medio atrás, la diferencia la hacían el aseo y los ingredientes de cada platillo. Al lujo de pisar una habitación de los hoteles del centro se le sumaba la posibilidad de asistir a espectáculos como la ópera o el teatro. En cambio, pernoctar en mesones implicaba descansar, pared de por medio, junto al ganado. Viajar en estos tiempos resulta muy fácil. Uno entra a la página de las plataformas en la web para buscar un boleto de avión, de autobús o de tren, o simplemente toma su auto y recorre la carretera que le interesa para llegar a destino. Ofrecen la posibilidad de encontrar habitaciones de hoteles o departamentos para rentar,…
Los espacios de hospedaje en el siglo XIX
Paulina Martínez Figueroa El Colegio de México En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 23. En las largas travesías por los caminos de México, mesones, ventas y hoteles de diligencia reparaban el cansancio de los viajeros en el medio rural o urbano. Abundaban la sencillez y los descuidos en la limpieza. En algunos casos eran improvisados refugio. La habitación se compartía, y para dormir estaba el piso o una tabla. En el camino hacia su desafortunada aventura como colono de Coatzacoalcos en los años treinta del siglo XIX, Mathieu de Fossey pudo ver la ciudad de Veracruz desde la ventana de la pequeña posada donde se alojaba: Estaba sucia y hedionda la calle a donde caía la ventana de mi cuarto; y no descansaba la vista sino en montones de fango, de basura y de zopilotes; pero en compensación tenía también la de la mar, que se…