Hector L. Zarauz LA?pez
En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 12.
La Convención del Partido Antirreeleccionista se desarrolló en el Tívoli de la vieja calle del Elíseo, ubicada en el señorial barrio de San Rafael de la capital del país, entre los días 15 y 17 de abril de 1910. Se decidió en ella que Francisco Ignacio Madero encabezara la candidatura a la presidencia de la República, primera que de manera real desafiaba a la dictadura de Porfirio Díaz.
Para entonces México vivía el declive político del largo periodo presidencial de Porfirio Díaz, que se había prolongado por cerca de tres décadas, pues si bien se había logrado estabilidad y crecimiento económico, el costo social y de libertades políticas era muy alto. Es preciso recordar que en marzo de 1908 el periódico El Imparcial había publicado en sus páginas la entrevista que Díaz había concedido al periodista estadunidense James Creelman. Las declaraciones ahí vertidas tuvieron gran trascendencia pues, por primera vez, el dictador manifestaba de manera pública su deseo de dejar el poder, señalando que México se encontraba listo para la transición en su gobierno. Tales afirmaciones propiciarían una disputa entre los políticos cercanos a él: por un lado, los Científicos, y por el otro, los seguidores del general Bernardo Reyes, que decidieron contender por la vicepresidencia de la República, coincidiendo ambas agrupaciones en la necesidad de que Díaz continuara en el poder.
Pero Francisco I. Madero tomó la palabra a Díaz y, durante la segunda mitad de 1908, se dedicó a escribir un libro en el cual analizaba la historia de México, la situación del país en el contexto internacional y la necesidad de un relevo político, aunque sin dejar de reconocer los méritos del presidente. Lo publicó hacia finales de ese año con el título de La Sucesión presidencial en 1910. Así, de manera incipiente y fuera de los canales oficiales, surgió un movimiento que postulaba como bandera la democratización electoral del país y el respeto al voto.
Madero llegaría a la ciudad de México el 25 de febrero de 1909 a fin de dar resonancia a su libro y sus ideas. El texto fue enviado a políticos y periodistas, a gobiernistas y opositores, incluso el propio presidente recibió un ejemplar. Sin embargo, la respuesta social a las inquietudes surgidas no varió y el 2 de abril el Club Reeleccionista confirmó la postulación de Díaz para la presidencia y de Ramón Corral, miembro del Partido Científico, a la vicepresidencia. Quedaba claro que del dicho al hecho