La Ley de Arizona: otro eslabón en la historia de la migración México-Estados Unidos

La Ley de Arizona: otro eslabón en la historia de la migración México-Estados Unidos

Eduardo Fernández Guzmán
Instituto Mora

En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 11.

La ley de Arizona

Para entender el alcance y el significado de la nueva Ley SB-1070, mejor conocida como “ley de Arizona”, es preciso darle perspectiva histórica, develando que el rechazo a los emigrantes por la sociedad estadounidense fue padecido, desde el inicio del siglo XIX, por muchos europeos y asiáticos que emigraron a Estados Unidos en busca de otra oportunidad. La ley, que entró en vigor el 23 de abril de 2010, criminaliza a quienes carezcan de permiso para permanecer en ese país, en particular en el estado de Arizona, y autoriza el arresto por parte de la policía local de aquellos “sean ciudadanos o migrantes legales e ilegales” que, por su aspecto, sean sospechosos de carecer de los documentos necesarios, con penas de hasta seis meses de prisión y multa de 2,500 dólares o expulsión del territorio.

We serve whites only

La ley tiene un carácter racista, pues se dirige a la población de origen mexicano, Si bien al permitir el arresto y castigo de un individuo por su mera apariencia, resulta insólita en el pasado estadounidense y ha generado la hostilidad de importantes sectores de la opinión pública, lo cual hasta el momento ha servido para detener su aplicación, es tan solo la última expresión de una larga historia de rechazo a la inmigración.

Un país de inmigrantes

Familia hispana en Colorado a fines del siglo XIX

A las colonias de Gran Bretaña en América del Norte, de población preponderantemente inglesa, comenzaron a llegar familias de otras naciones en el siglo XVIII. Los alemanes fueron el primer gran grupo de “extraños” que se presentó, siendo tan numerosos que los gobiernos locales dictaron leyes que trataron de regular la inmigración, con la idea de que la gente que arribara fuera sana y bien alimentada.

Los alemanes no dejaron de llegar en cifras considerables en los decenios siguientes, junto con una masa de irlandeses e individuos de los países nórdicos a partir de 1830, quienes se convirtieron en la mano de obra indispensable para el desarrollo de los transportes y las comunicaciones, y la revolución industrial que transformó a Estados Unidos en la primera potencia continental.

Más tarde, en la segunda mitad del siglo XIX, a su mosaico étnico se agregarían emigrados de los países del sur y centro de Europa y aun del este de Asia. En efecto, entre 1850 y 1880 se desplazaron a través del Pacífico casi 229 mil chinos, que fueron sometidos a terribles condiciones laborales y de salarios. Los seguirían japoneses y, en el decenio de 1920, filipinos.

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