Guadalupe Villa
Instituto Mora
Motivo de regocijo es entregar a nuestros lectores el número 20 de la revista BiCentenario. Veinte se dice rápido y aunque no sean años, como los evocados en el tango de Carlos Gardel, cada tiraje tiene su propia historia y conserva el sello de un proyecto editorial novedoso de divulgación para el gran público. Nosotros no tenemos miedo del encuentro con el pasado que vuelve, por el contrario traer el pasado al presente es, ha sido y será tarea de nuestros colaboradores, empñados en hacer que la historia se conozca de manera placentera a través de textos interesantes, cortos, ágiles y de buena pluma.
Desde el primer número, junio de 2008, nos ocupamos y preocupamos por hacer de nuestra revista una publicación con fuerte impacto social, distintiva del Instituto Mora. En BiCentenario hemos contado con el apoyo de renombrados historiadores y colegas de ciencias sociales, cronistas de ciudades grandes y pequeñas y también de estudiantes en proceso de formación cuyos “pinitos” los van fogueando para su futuro profesional. Esta pluralidad ha facilitado que la divulgación del ayer y hoy de México, emanados de diferentes instituciones quede compendiada en nuestra revista. Ello ha favorecido la heterogeneidad temática y la mirada diversa en el transitar por distintos siglos.
Los hechos históricos, los personajes y su caminar por la vida cotidiana nos enseñan que todos, hombres, mujeres y niños, con virtudes y defectos, grandezas y miserias, somos sujetos históricos. Para reconocernos, para entendernos hoy, es necesario voltear al pasado y tratar de ver como en una película los logros y tropiezos de muchas generaciones.
En este número podremos adentrarnos en la vida de José Mariano Muciño, naturalista de Nueva España, uno de los máximos exponentes de la ciencia novohispana cuya habilidad para clasificar plantas y animales quedó manifiesta a lo largo de su labor como integrante de la Real Expedición Botánica. Igualmente podemos asomarnos a “La primera independencia de Texas” y a los afanes de Bernardo Gutiérrez de Lara, quien la declaró con carácter provisional en 1813, mientras se conseguía la de toda Nueva España, y luchó a la par contra las ambiciones territoriales de Estados Unidos. En “Símbolos, ceremoniales y fiestas de palacio durante el segundo imperio”, el autor destaca el esfuerzo de Maximiliano y Carlota por forjar una identidad nacional y asegurar la lealtad de partidarios a través de condecoraciones, nombramientos y recompensas y, por la misma vía, neutralizar a sus enemigos. En el artículo “Representación de la muerte niña en la fotografía de Romualdo García”, se destaca la singular práctica de retratar niños muertos, popularizada en la segunda mitad del siglo XIX gracias a la fotografía. “Los retratos del general y la imagen del presidente” contrasta las imágenes que promovieron de sí mismos Porfirio Díaz y Francisco I. Madero en tanto que “Cuando México fue una fiesta. De cómo se celebraron los ciento cincuenta años de la independencia y los cincuenta de la revolución” subraya el significado político dado por el gobierno a esas conmemoraciones.
En la sección Desde hoy, “Al acecho de La Bestia” trata del flujo masivo de centroamericanos a Estados Unidos y las causas que los empujan a esta arriesgada práctica, en lomos del tren conocido como La Bestia; se destaca el poder de la solidaridad humana no siempre reconocida e inclusive criminalizada y catalogada de pollerismo social. En la sección Desde ayer ofrecemos un interesante artículo sobre “La Alameda de la ciudad de México” que nació como paseo público de la capital de Nueva España e importante escenario del calendario festivo civil y religioso desde fines del siglo XVI hasta las últimas restauraciones (o recuperación de espacios) en el siglo XXI.
En el Testimonio se presenta un cuento de ciencia ficción escrito en el siglo XIX, en que Fósforos, el autor, imagina cómo será el país en la década de 1970; cuenta con una presentación en la que el autor hace un breve recuento de los orígenes de la ciencia ficción mexicana a partir de 1775.
Arte está dedicada a “Hermenegildo Bustos: un retrato de arte popular”, el Cuento Histórico a “Víctor. La otra cara del 68”, donde se nos revela otro sector de la sociedad que no tuvo ningún vínculo con el movimiento estudiantil, por la simple y sencilla razón de ser jóvenes marginados sin acceso a la educación. Por último, la Entrevista, titulada “Del pueblo a la gran ciudad: una modelo para los pintores” muestra los orígenes y el derrotero que Julia López siguió desde que salió de su natal Guerrero para radicar en la ciudad de México y convertirse en la gran pintora que hoy es.