Toda la región, desde la hacienda de La Pila hasta San Luis es cultivada como un jardín, pero las cabañas de adobe y los cercados de cactos dan al traste con su belleza. La ciudad en sí ofrece buen aspecto: las iglesias son altas, y algunas muy bellas, y las casas son de piedra y construidas con cuidado. La casa de gobierno en la plaza aún no está terminada, aunque la parte delantera, que es de piedra labrada y a la que decoran pilastras jónicas, sería digna de crédito en cualquier ciudad de Europa. El convento carmelita es extenso y espacioso, con un amplio jardín, que se cultiva con mucho cuidado y es mantenido en excelentes condiciones: los paseos son sombreados por vides y los claustros están adornados con naranjos y limoneros. Las ventanas del convento ofrecen una hermosa perspectiva de la fértil llanura, que acaba en un audaz perfil de las montañas […] La gente de San Luis parecía mejor vestida y con mejor aspecto que en cualquier otra población por la que el autor haya pasado y había pocos mendigos en las calles. Humboldt asegura que la población es de 12,000 personas. […Nosotros estimamos] que es de 15,000 y, si se añade la de las inmediaciones, se multiplica por tres.
Josiah Conder, The Modern Traveller, a popular description, geographical, historical, of the various countries of the globe, 1830.