Por amor a la historia
Las conocidas como muñecas Marías, hechas de trapo y listones coloridos, y que son cosidas a mano y no llevan pegamento, resultan del sincretismo del Viejo y el Nuevo Mundo. En el caso de las muñecas americanas estaban hechas con arcilla, palma y cabellos de elote. Solían acompañar los rituales funerarios de los niños y después de la conquista se combinaron con las muñecas importadas de España.
¿Sabías qué…?
El nombre oficial de nuestro país es Estados Unidos Mexicanos desde que se proclamó la Constitución de 1824. “Estados Unidos” resalta el pacto federal, en tanto que “Mexicanos” hace énfasis en la nación, origen de la soberanía.
Reloj de arena
22 de febrero de 1819
Luis de Onís, en representación del rey Fernando VII de España, y John Q. Adams, secretario de Estado por Estados Unidos, firman el Tratado de la Transcontinentalidad. España renuncia a sus posesiones más allá de los ríos Sabina y Arkansas y el paralelo de los 42º, a saber, al territorio de Oregon. También pierde las Floridas, aunque conserva la soberanía sobre Texas.
12 de marzo de 1869
El gobernador y comandante militar de Yucatán instruye al jefe político de Mérida para que disponga del ex convento de las antiguas monjas para alojar a los refugiados de la revolución en Cuba, y recoja donativos para ayudarlos.
10 de febrero de 1910
Desde su cuartel en el estado de Morelos, Emiliano Zapata dirige al pueblo y a los revolucionarios mexicanos un manifiesto donde propone como jefe supremo de la revolución al Dr. Francisco Vázquez Gómez, a quien describe como “hombre de ideas avanzadas” y de verdad reformista, amén de alejado de “las vergüenzas del carrancismo”.
31 de marzo de 1969
La explosión causada por la acumulación de gas metano sacude las minas carboneras “Guadalupe”, de Barroterán, Coahuila, donde 153 hombres pierden la vida. Las cuadrillas se afanan por rescatar los cuerpos y los políticos ofrecen ayuda para los deudos. Todo se olvidó, entre otras las promesas del entonces líder nacional del Sindicato Minero, Napoleón Gómez Sada.
Correo del lector
Me gustó mucho el número dedicado al año 1968 y la inclusión tanto del movimiento estudiantil como de la Olimpiada. ¿Saben si el presidente Díaz Ordaz hizo alguna alusión al primero en su discurso de inauguración de los juegos?
Rubén González.
Sin duda, no era el lugar ni el momento. Sin embargo, durante la ceremonia, y en medio de una gran rechifla, un grupo de manifestantes lanzó sobre el palco presidencial un papalote de color negro en forma de paloma, como señal de repudio por la matanza de Tlatelolco.
El artículo “Entre discriminaciones, sudor y sangre” (BiCentenario núm. 18) no ofrece nada que no haya leído en otras publicaciones o visto en documentales. Lo mejor es que el gremio intelectual y la clase media hayan abierto espacios a este mundo fascinante.
Ernesto Díaz