En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 1
Resulta hoy en día muy natural estar informado. Tenemos los periódicos, las emisiones de noticieros en la radio, en la televisión; abrimos internet para mirar las noticias y podemos asomarnos a cualquier parte del mundo muy rápidamente. Sin embargo, poco sabemos de la importancia de la prensa en el siglo XIX en México y de cómo los lectores ansiaban tener en sus manos los diarios para conocer no únicamente la información, sino para ilustrarse.
“Ya los periódicos han llegado a hacerse en el día de tan indispensable necesidad como tomar café o chocolate por la mañana. Se espera el correo que trae dichos periódicos con la misma ansiedad que un jugador de la lotería está pendiente el día de la extracción de los números que ha jugado. De aquí proceden los discursos, las reflexiones, los comentarios y las disputas que avivan la conversación. En Inglaterra y en los Estados Unidos de América la prodigiosa difusión de estas hojas volantes ha difundido la instrucción por todas las clases de la sociedad, y ha aumentado el patriotismo de los ciudad- nos, porque les ha hecho tomar una parte activa en los negocios públicos.[…]
“Los diarios y las publicaciones periódicas escritas al alcance de todos, como que circulan rápidamente, y trasmiten los hechos y pensamientos dignos de observación y de recuerdo, sirven maravillosamente para ilustrar a las naciones y para conocer sus deseos y sus necesidades; por este medio los que gobiernan los estados se ponen en contacto con el pueblo, se presentan con franqueza, apoyados en la rectitud de su conducta y de sus intenciones, se fortifican con la aprobación de los buenos, y se enriquecen con los consejos de los sabios.[…] extensa es la esfera de los lectores de periódicos en sus glosas y comentarios, pero lo es más la de los redactores; estos entran en los gabinetes de los reyes, cortan y dividen los reinos, toman y sostienen ardientemente un partido, adoptan elevadas pasiones, se declaran protectores de una u otra potencia, y podrían hasta pedir pensiones a los reyes que más han sido ensalzados por ellos[…] sea como quiera, los periodistas son personajes de grande importancia en el mundo político. dicen grandes mentiras sus gacetas, pero si no contuviesen mas que verdades ¿cómo se habían de llenar sus inmensas columnas, que por cada día van creciendo en longitud, creyendo algunos que el mérito de su composición está en razón del tamaño?[…]”
TORRENTE
El Almacén Universal, México 1840.