Melesio Morales gana su lugar en la ópera del siglo XIX

Melesio Morales gana su lugar en la ópera del siglo XIX

Cecilia Vargas Ramírez
Facultad de Filosofía y Letras

En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 24.

La clase alta de la ciudad de México admiraba hacia 1860 la música de Verdi, Bellini o Donizetti. Apostar entonces por mexicanos ejecutando interpretaciones propias parecía una locura. Hasta que un grupo entusiasta juntó ideas, propuestas y dinero para hacerlo realidad.

Meesio Morales  En mil personajes en el mexico del siglo XIX, 1840-1870 Banco Mexicano Somex, 1979 T II (464x640)
Melesio Morales, en Mil personajes en el México del siglo XIX, 1840-1870, México, SOMEX, 1979.

Era la noche del 14 de noviembre de 1865 cuando en el entreacto de la ópera Baile de Máscaras, de Giuseppe Verdi, que se estaba presentando en el Teatro Imperial de la ciudad de México (antes conocido como Gran Teatro Nacional) se empezaron a escuchar gritos y palmoteos desordenados que provenían de las galerías del teatro. Se trataba de un gran grupo de estudiantes de la Escuela de Bellas Artes que pedían a gritos que la compañía de ópera que se presentaba esa temporada en el Teatro Imperial accediera a poner en escena la ópera Ildegonda del joven músico mexicano Melesio Morales. Los estudiantes colgaron de la barandilla del teatro un cartel con la leyenda “Ildegonda”, y no pararon de hacer escándalo hasta que Annibale Biacchi, el empresario que era dueño de la Compañía de Ópera, salió al escenario y declaró al enardecido público que cumpliría con sus exigencias: la ópera Ildegonda, de Melesio Morales, sería representada esa misma temporada. Satisfechos, los estudiantes que habían iniciado el alboroto ocuparon nuevamente sus asientos y el espectáculo pudo continuar. Esta velada escandalosa fue el punto culminante de una serie de conflictos y negociaciones entre un grupo de intelectuales, Melesio Morales y el gobierno del emperador Maximiliano por un lado, y el empresario Biacchi, por otro.

Partitura Melesio M., Puebla (534x640)
H. Naguel, sucesores y Litografía de
A. Sánchez, “¡Ilustre Puebla de Zaragoza
México te saluda!”, Melesio Morales (compositor), partitura musical, 1869. Colección particular

Morales había estudiado música desde los nueve años y fue alumno de algunos de los músicos más destacados de la primera mitad y mediados del siglo XIX, como Agustín Caballero, Felipe Larios y Antonio Valle. En 1863, cuando Morales apenas contaba con 25 años de edad, estrenó su primera ópera titulada Romeo y Julieta. Por entonces trabajaba como maestro de música en la pequeña academia establecida en la casa del músico Cenobio Paniagua y se empleaba también con las diversas compañías de ópera extranjeras que venían a México. Morales se había casa- do con Ramona Landgrave, quien era parte de una de las familias mexicanas más importantes y poderosas. Sin duda, todo esto ayudó a que a lo largo de su vida conociera a diversos personajes influyentes que serían un factor clave en la evolución de su carrera como músico. Además, era un asiduo concurrente a las tertulias que se organizaban en la casa del pianista Tomás León, a las cuales acudían también personajes notables de la época que compartían un enorme gusto por la música, entre los cuales no sólo había músicos como Paniagua y Aniceto Ortega (que también era médico), sino que asistían abogados (el caso de Urbano Fonseca), geógrafos (Antonio García Cubas, por ejemplo) y escritores como Agustín Siliceo.

Un club fantasma

ue este grupo de hombres cultos quienes, al enterarse de que Melesio Morales estaba interesado en dar a conocer su nueva ópera, intercedieron por él ante el empresario Biacchi. Para ello se presentaron como miembros de un supuesto club filarmónico que se haría responsable de los gastos de la puesta en escena de Ildegonda. Dicho club en realidad no existía en ese momento pero era necesario decir lo opuesto para convencer a Biacchi de que la Ildegonda de Morales podía resultar una inversión segura y seria. Biacchi no aceptó. Antonio García Cubas, quien se presentó ante el empresario italiano como parte del club filarmónico, afirmó que este expresó su decisión en estos términos…

[…]
Para leer el artículo completo, consulte la revista BiCentenario.