El fracaso de la rebelión delahuertista en Durango
Edgar Sáenz López En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 63. Sin hombres que se interesaran por la causa, faltos de pertrechos militares y sin un liderazgo claro, los generales villistas sumados al alzamiento de Adolfo de la Huerta sucumbieron con facilidad en poco más de un año ante las fuerzas locales y federales de Álvaro Obregón. Para el villismo, 1923 resulto ser un año crucial. Su principal sostén, el general Francisco Villa, cayó muerto en Parral el 20 de julio. El acontecimiento cimbró de manera devastadora a los restos de sus simpatizantes que se encontraban en Durango y Chihuahua. Después del asesinato, llegaron meses de incertidumbre para los colonos de la hacienda duranguense de Canutillo y sus alrededores, donde los villistas se asentaron junto a su jefe luego del pacto de cese de hostilidades, durante el gobierno provisional de Adolfo de la Huerta en 1920, y no…