La fotografía de aviación de Alberto Salinas Carranza

La fotografía de aviación de Alberto Salinas Carranza

Teresa Matabuena Peláez
Universidad Iberoamericana

En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 45

En 1912, cinco mexicanos fueron enviados a Estados Unidos para recibir la formación como pilotos aviadores. Serían algunos de los pioneros de la aviación. Uno de ellos fue Salinas Carranza, cuyo nombre da cuenta de un acervo en custodia de la Universidad Iberoamericana de más de medio millar de imágenes tomadas hasta 1920 y que refieren a los inicios de la actividad en México.

“Aviador que no temes tú destino… Prosigue tu camino de conquistador del aire… ¡Allá arriba esta la gloria!”
Roberto Parraga, Revista Tohtli, 10 de octubre de 1926.

La historia de la aviación en México acaba de cumplir 109 años desde aquel lejano 8 de enero de 1910 cuando durante pocos segundos un aeroplano Voisin pudo elevarse varios metros en los llanos de Balbuena. Para nosotros, que vivimos en un mundo en el que la aeronave es un medio de transporte cotidiano, es muy difícil imaginar cómo fueron los inicios de nuestra aviación: unas ruedas de bicicleta, algunos metros de tela, un fuselaje de madera y un motor de automóvil se convirtieron en modernas máquinas voladoras. Tampoco imaginamos los rostros de aquellos intrépidos pilotos que, con unas cuantas lecciones de vuelo, valor y espíritu de aventura tripularon esos sencillos aeroplanos y fueron a la conquista de los aires. Los documentos gráficos como revistas ilustradas, dibujos, planos y, en especial, las fotografías nos acercan a estos primeros aparatos, a los rostros de los pioneros, a los usos de las naves, su construcción, las pruebas, así como la preparación de los pilotos. Cabe mencionar que la aviación mexicana inició como un servicio militar, ya que sus primeros pasos coincidieron con la Revolución Mexicana.

En 1909, Alberto Braniff compró por 25 000 pesos un aeroplano en Francia que llegó a finales de ese año a Veracruz; con él voló por primera vez en un país de habla hispana el 8 de enero siguiente. Desde ese momento, los aparatos y sus posibilidades de uso se hicieron una realidad en la sociedad mexicana. Tanto los habitantes de la ciudad, como las autoridades y la prensa estuvieron pendientes de las hazañas de aviación, así como de las semanas aéreas nacionales y de los grupos de exhibición que llegaban del extranjero.

Los dos años siguientes fueron años de grandes e importantes acontecimientos en México: las fiestas del Centenario, el inicio de la Revolución Mexicana, la lucha armada, la renuncia de Porfirio Díaz y la elección y toma de posesión de Francisco I. Madero. Al mismo tiempo, tuvieron lugar las pruebas de aviación, exhibiciones de vuelos, semanas aéreas y ascensiones recreativas en globo. En este contexto se analiza la posibilidad de usar aeronaves para la observación y bombardeo durante el conflicto.

Francisco I. Madero fue el primer presidente en volar como pasajero un avión en noviembre de 1911. Esta experiencia abrió las expectativas de la actividad para el país. Al año siguiente se enviaron cinco mexicanos: Alberto Salinas Carranza, Juan Pablo, Eduardo Aldosoro, Horacio Ruiz y Gustavo Salinas Camiña a Estados Unidos a estudiar aviación y así formar a los primeros pilotos capacitados para idear, construir y manejar máquinas voladoras, plantando con esto la semilla de lo que sería la Fuerza Aérea Mexicana, creada el 5 de febrero 1915 por Venustiano Carranza: Otras instituciones también ayudaron desarrollar la aviación, como la Escuela Militar de Aviación y los Talleres Nacionales de Construcciones Aeronáuticas, en donde los pilotos se formarían y las naves serían diseñadas, construidas, reparadas y adaptadas.

Es a partir de aquel viaje de preparación que existen fotografías en diferentes formatos, autores, tamaños y calidades en el archivo de Alberto Salinas Carranza, hoy en custodia de la Universidad Iberoamericana. Se trata de más de 500 imágenes fotográficas que nos permiten recorrer momentos clave de la historia de la aviación mexicana hasta 1920.

Archivo

Hubo en México varios pioneros e impulsores de la aviación, preferentemente militar porque coincidió con el inicio de la Revolución. Entre ellos está Alberto Salinas Carranza, quién creó e impulsó la Primera Flotilla Aérea Constitucionalista y fue el primer encargado de la Fuerza Aérea Mexicana; también de los Talleres Nacionales de Construcciones Aeronáuticas, la Escuela de Pilotos y director por varios años de la revista Tohtli (palabra azteca que significa halcón, una de las aves que posee el secreto del vuelo planeado y alcanza alturas considerables).

En el archivo fotográfico podemos encontrar flotillas aéreas en acción, los trenes de la aviación, los pilotos y sus hazañas, imágenes de las patentes mexicanas de aviación como el motor Aztlán y la hélice Anáhuac, fotos de inventores, ingenieros y trabajadores. Retratos dedicados con textos en los que compañeros, amigos, conocidos o subordinados dan muestras de amistad, admiración y respeto hacia Salinas Carranza, su maestro, comandante, jefe o amigo. Maniobras de vuelo, inventos y vuelos nocturnos son algunas de las temáticas de las fotografías y postales del archivo.

A través de estas imágenes recorremos las instalaciones de los Talleres Nacionales de Construcciones Aeronáuticas, vemos visitas de invitados distinguidos en el establecimiento, los aeródromos y sus hangares. Las imágenes nos acercan a los cadetes y pilotos de la Escuela Militar de Aviación, su entrenamiento, sus momentos de triunfo, de fracaso y de esparcimiento; también hay escenas de pilotos heridos y de los aviones accidentados, es decir, todos los temas relacionados con el mundo de los aviones, los aeródromos, los pilotos y sus actividades. Incluimos a continuación una breve descripción de las imágenes que ilustran este texto y que son tan solo una muestra de la riqueza del material fotográfico de este archivo.

Descripciones de las fotografías

  1. Alberto Salinas Carranza en la escuela de aviación de Estados Unidos, en una máquina voladora. Archivo de Alberto Salinas Carranza (AASC).
  2. Aeroplano del Ejército Constitucionalista. La Flotilla Aérea Constitucionalista fue creada en 1913 por órdenes de Venustiano Carranza. Contaba con tres aviones y un grupo de pilotos –mexicanos y extranjeros– dirigidos por Alberto Salinas Carranza. Su objetivo fue luchar a favor del constitucionalismo. La flotilla participó en varias campañas militares, en labores de bombardeo, observación y reparto de volantes, entre otras. En 1915 formó parte de la recién creada Fuerza Aérea Mexicana.

  3. El piloto Gustavo Salinas junto al Sonora, listo para iniciar el despegue, y el avión en pleno vuelo. El primer piloto aviador del ejército constitucionalista fue Gustavo Salinas Camiña, en el biplano militar Sonora. Este avión fue comprado en Estados Unidos en noviembre de 1913. En abril de 1914 el piloto realizó vuelos de reconocimiento y arrojó bombas sobre las posiciones enemigas. Logró acertar al 50 por ciento de sus blancos, con lo que cooperó con el triunfo de las fuerzas constitucionalistas. El 14 de abril de 1914 realizó el primer combate aeronaval del mundo contra el barco cañonero “Guerrero”.

  4. Los trenes de la aviación, vagones de la Flotilla Aérea Constitucionalista. Los ferrocarriles fueron indispensables para el transporte de los aviones. Los hangares, los talleres, los sistemas de comunicación, los servicios médicos y los pilotos se transportaron e hicieron campamentos sobre y alrededor de los ferrocarriles.

  5. Fotomontaje dedicado a Alberto Salinas Carranza y realizado con motivo del primer vuelo nocturno realizado en México, según lo definen sus protagonistas. El primer vuelo nocturno “señalan algunas fuentes” fue realizado el 15 de diciembre de 1911 por don Alberto Braniff a bordo de su biplano Farman. El referido aquí, en cambio, se realizó el 21 de octubre de 1918 y fue sobre la Ciudad de México. La nave estuvo piloteada por Alfonso Virgen y no se empleó ningún tipo de iluminación artificial. Además de las dedicatorias tanto del piloto como de otros involucrados en el vuelo, se incluyen cinco fotográficas de la preparación de la nave y su revisión, así como escenas del personal de tierra observando el avión en pleno vuelo.

  6. El avión inicia su despegue del mar. El primer hidroavión construido en México se probó con éxito el 18 de agosto en Veracruz. Los aviones de la serie A, si se les agregaban flotadores en vez del tren de aterrizaje, podían ser convertidos en hidroaviones. El piloto Carlos Santa Ana fue el encargado de realizar la prueba del aparato.

  7. Tarjeta postal del cuerpo de veteranos y pilotos de la Aviación Mexicana. La Escuela Militar de Aviación se creó el 15 de noviembre de 1915 para la formación de pilotos aviadores. Los primeros mexicanos que estudiaron para ser pilotos aviadores lo hicieron en Estados Unidos y trasladaron su experiencia como instructores de la Escuela Militar de Aviación.

  8. De 800 solicitantes que respondieron a la convocatoria realizada para formar la primera generación de pilotos, fueron aceptados únicamente 27. Los cursos iniciaron el 15 de noviembre de 1915 en las instalaciones de la Escuela de Tiro. Los cadetes empezaban como tales, después pasaban a ser infantes y, al terminar la instrucción, volvían al grado militar que tenían cuando habían entrado a la Escuela. Los cadetes recibían, además, cursos de esgrima, tiro, equitación, aeronáutica y telegrafía. El 22 de febrero de 1918 se graduó el primer piloto en la Escuela Militar de Aviación: el teniente piloto Samuel Rojas.
    La formación se dividía en cinco etapas de entrenamiento y estudio: 1- Infantería de Aviación. 2- Cadetes del cuarto grupo: prácticas con aparatos aéreos por tierra. 3- Cadetes del tercer grupo: prácticas de vuelo a bajas alturas no mayores a diez metros. 4- Cadetes del segundo grupo: prácticas de maniobras aéreas en triángulo, círculos y aterrizajes. 5- Cadetes del primer grupo: prácticas de vuelo a grandes distancias y altura, vuelos nocturnos, aterrizajes y despegues.

  9. Cuando cada uno de nuestros obreros comprenda que un momento de apatía para corregir un yerro en su trabajo ocasiona la muerte de un valiente, México contribuirá al desarrollo de la aviación sin derramar una solo gota de sangre.

Un avión de fabricación nacional de la serie C sirvió de transporte para el féretro del piloto aviador Amado Paniagua Cortés. El cortejo recorrió varias calles de la Ciudad rumbo al Panteón Francés, el pueblo de la capital se unió al dolor de los compañeros pilotos y mecánicos de la Escuela Militar de aviación.