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Cristóbal A. Sánchez Ulloa CIESAS Peninsular En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm.  40. Durante los nueve meses en que las tropas del general Winfield Scott se instalaron en la ciudad de México entre 1847 y 1848, hubo una relativa armonía con la población a pesar de tratarse de una fuerza invasora. Carreras de caballo, paseos fuera y dentro de la ciudad, obras de teatro, corridas de toros, espectáculos de magia y ópera formaron parte de diferentes entretenimientos que compartieron en mayor o menor medida, aunque hubiese desconfianzas. Que tenía un pacto con el diablo. Era lo que se rumoraba en la ciudad. Y el aire de misterio que lo rodeaba, su mirada incisiva, su voz y ese acento peculiar abonaban a la palabrería. Por esos decires, algunos habitantes de la capital mexicana decidieron no ir a verlo, a pesar de que sus trucos eran algo insólito.…

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Héctor Noriega Mendoza Departamento de Física, Universidad de Texas en El Paso (UTEP). En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm.  40. El 16 de septiembre de 1810, el padre Hidalgo recibió noticias cruciales de forma rápida desde Querétaro, gracias a una Luna brillante que facilitó significativamente el recorrido nocturno a caballo. Doce días después, su ataque a la Alhóndiga de Granaditas estuvo precedido por un eclipse matutino de Sol, aparentemente inadvertido. Esto es lo que nos permite saber ahora la ciencia astronómica. Stellarium basa el cálculo de posiciones planetarias en el método VSOP87, en el que las coordenadas ecuatoriales –declinación y ascensión recta– de todos los planetas del sistema Solar, así como sus correspondientes coordenadas horizontales locales –altura y azimut–, son determinadas con un error de un segundo de arco en tiempos históricos, en algunos planetas cubriendo hasta el año 8000 de nuestra era. Una idea de…

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Roberto Fernández Castro Facultad de Filosofía y Letras, UNAM. En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 40. ¿Cómo eran las mezclas raciales en el siglo XVIII, la combinación de mestizos, indígenas, blancos y negros? Una forma de intentar explicarlo, aunque se imponía para esos tiempos la visión de que la sangre determinaba la pigmentación de la piel, fue a partir de las imágenes que recorrerían las cortes españolas durante el lapso de unos cien años, de pintores como Juan Rodríguez Juárez, Miguel Cabrera, Juan Patricio Morlete y José de Alcibar. Las pinturas de rostros, costumbres, actividades laborales y estatus sociales, establecerían las marcas propias de los habitantes del Nuevo Mundo y su complejidad, respecto de los europeos. La pintura de castas es reconocida como uno de los géneros pictóricos más fascinantes de la América española. Desde su surgimiento, alrededor de 1711, se mantuvo como una de las…

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En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm.  39. Del muro de Facebook Respecto a “1975: el año en que Chicago vino a México” (BiCentenario, núm. 8), Ernesto, entonces estudiante de la Vocacional 10, recuerda que con un amigo de la Preparatoria 9 trató de colarse sin boleto en el concierto. Cerraron las puertas, pero un comandante de la policía les ofreció darles la oportunidad si se formaban. De repente entró una “julia” (camioneta de la policía) y los granaderos “empezaron a lanzar piedras a todos aquellos jóvenes que estábamos fuera del auditorio pensando que nos iban a dejar entrar. Se generalizó una desbandada, todos corrimos hacia donde se podía […]. El domingo, el último día de los conciertos, me fui solo al Auditorio a ver qué pasaba, tenía 500 pesos para el anillo de graduación. Al llegar, se me acercaron unos jóvenes de Monterrey y ofrecieron un…

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Darío Fritz En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm.  39. Cuando yo tenía sus edades muchachas, la palabra de un hombre ante una mujer era letra escrita, ni se olvidaba ni marchitaba, simplemente se cumplía, y si alguno quitaba el dedo del renglón y se apartaba, pasaba a ocupar el puesto de los irredimibles, irrecuperables y gruñones. A sus edades las puertas de las casas estaban abiertas porque nadie se atrevería a entrar sin antes pedir permiso. Los juguetes eran de madera o hechos a mano, llegaban una vez al año y debían durar hasta el próximo día de Reyes. Teníamos un solo par de tenis que no se cambiaba hasta que la suela tuviera más de tres hoyos, y una muda de ropa era la misma para cada fiesta. Escuchar radio era obligatorio, no había otra comunicación, a excepción del cine que lo veíamos en la…

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Francisco Javier Castellanos Cervantes Ciencias Odontológicas, Médica y de la Salud, UNAM. En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm.  39. Dos vivencias de la niñez dan cuenta de una vida sosegada entre los muros del edificio que fuera emblemático en la atención de enfermos con discapacidades mentales en la primera mitad del siglo XX. Para algunos empleados y sus hijos, la convivencia con los pacientes no era conflictiva. Cincuenta y ocho años habían sido suficientes para que el Manicomio General La Castañeda pudiera lograr que la psiquiatría se profesionalizara en nuestro país. Muchas personas habitaron dentro de sus muros buscando encontrar una cura para sus padecimientos mentales, o simple y sencillamente para hallar un paliativo y hacer la vida más llevadera. Sin embargo, también podemos rastrear la vida al interior de estos muros con otra mirada: la de los trabajadores y los familiares de estos, quienes convivían…

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Arturo Garmendia En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm.  39. Pues ahora, de esos que murieron jóvenes te llega el murmullo. Rainer María Rilke. Elegías de Duino La hoguera del vivac ilumina los pies de los soldados que se preparan para pasar la noche. Su luz es incierta y asciende por los cuerpos yacentes con dificultad. Muchos rostros quedan en penumbras, pero el capitán D’Anjou girando la cabeza puede reconocer a los zuavos, tocados con su fez e inconfundibles por sus anchos pantalones rojos; a los húsares austriacos, en su uniforme verde; y a los propios soldados franceses, de chaqueta corta y quepí azul marino. Próximo a él reposa un jovencito, que custodia el estandarte de la compañía. Se descubre para apoyar la cabeza sobre su mochila y por su cuello desborda una cascada de rizos rubios que, junto a su pálida faz, le dan el aspecto…

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Otto Cázares Facultad de Filosofía y Letras, UNAM En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm.  39. Un gran dibujante. Ese fue Ruelas, el artista de corta vida, cuyo pensamiento plástico lo plasmo en el dibujo y la gráfica en blanco y negro. Figura central del modernismo en tiempos porfiristas, su obra merecería un estudio detallado acerca de la imaginación y la fantasía. A mi sol redentor. Hace 110 años Julio Ruelas (Zacatecas, 1870-1907) logró autodestruirse. Fue su último empeño artístico y a ello dedicó sus últimos años de vida en el Barrio Latino de París: a fumar y fumar y a beber y beber. Ajenjo y otros brebajes, también estupefacientes (¿éter?); con tal que le ocasionaran delirios a la manera del monje desdoblado Medardo de Los elíxires del diablo de E. T. A. Hoffmann. Tenía 37 años cuando consumó su muerte. En realidad, no murió para transfigurarse…

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Paulina Michel Archivo Histórico de la UNAM-IISUE En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm.  39. Cinco años atrás, la Universidad Nacional Autónoma de México adquirió el archivo personal del fotógrafo, con más de 22,000 registros que incluyen retratos de escritores, intelectuales y artistas de México, así como de las actividades universitarias. Personaje olvidado, al final de su vida, sus testimonios gráficos hablan de la cultura de los años cincuenta a ochenta, principalmente. Ricardo Salazar Ahumada nació el 27 de abril de 1922, en Ameca, Jalisco, ciudad cercana a Guadalajara, en donde vivió los primeros dos años de vida. Él y su familia se trasladaron a la capital del estado, donde Ricardo cursó sus primeros estudios. A los quince años entró a trabajar en el estudio fotográfico de Silverio Orozco, Fotografía Orozco, lugar en donde aprendió el oficio: Allí empecé a aprender y a retocar las fotos de…

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Marco A. Ávila Peña Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm.  39. La coyuntura política y económica dio lugar –durante la presidencia de José López Portillo– a la primera apertura a una reforma electoral del régimen priista que permitiera mayor participación. El resultado sólo dejó conforme al gobierno, pero al menos abrió las puertas a futuras negociaciones para la democratización del país, que de todos modos demoró más de dos décadas en llevarse a cabo. A Rosa Albina Garavito Elías El país vivía una coyuntura ciertamente atípica en 1977, si tomamos en cuenta las décadas de crecimiento económico anterior promovido por un régimen fortalecido y autoritario. Por supuesto, fue la coyuntura que inauguraría el México de las crisis, pero en ese entonces era imposible saberlo. Nadie ve al futuro con total claridad, acaso, se llama al porvenir con esperanza, más aún cuando las cosas…

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