La malograda contrarrevolución de Victoriano Huerta
Guadalupe Villa G.Instituto Mora En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 51. El general que traicionó a Francisco I. Madero, deshaciéndose de él para ocupar la presidencia de México, combatió infructuosamente a la revolución constitucionalista. Desde su exilio, primero en España y luego en Estados Unidos de América, intentó conspirar para retomar el poder. A mediados de julio de 1914 Victoriano Huerta presentó su renuncia como presidente de México y con la firma de los Tratados de Teoloyucan el ejército federal se disolvió. El barco se hundía y, como pudieron, muchos buscaron su salvación. Algunos civiles y militares eligieron exiliarse en Centroamérica o en Cuba, otros en Estados Unidos y muchos más decidieron marchar a Europa, entre ellos el mismísimo ex mandatario quien derrotado y caído en desgracia, salió del país con su familia, iniciando así un periodo de trashumancia por Jamaica, Inglaterra, España, Nueva York y
La atención de niños y jóvenes al paso de la revolución
Ingrid Noemí López PadillaInstituto Mora En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 50. Después de la revolución mexicana, el país quedó en un estado deplorable. Las clases populares, campesinos y obreros, principalmente, fueron quienes más lo padecieron ante la falta de recursos económicos. La preocupación de las élites política y social se acrecentó al percatarse de las condiciones en las cuales se encontraba la mayor parte de la población de la ciudad de México. De ahí que, desde principios de la década de 1920, se abordaran muchos de los problemas sociales sin resolver antes de la revolución. Instituciones heredadas del régimen porfirista como la Casa de Corrección, el Hospital General y el Hospicio de Pobres no bastaban para menguar esas dificultades. Los médicos sostuvieron que la salud y la educación de los niños debían ser atendidos y las autoridades tendrían que encontrar los elementos necesarios para el
Carrilleras
En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 49. ¿Madre? El bebé tiene hambre. Llora. ¿Y qué quieres que haga, si ya no tengo de dónde? ¿Y la cabra, madre? Pues no ha dado nada hoy. La pobre está como nosotras, sin pasturas y con poca agua. Así no tendremos leche. Verás que sí madre, ella nos ayudará, primero Dios, madre, agarra al bebé, madre, inténtalo, al menos que chupe algo. De poco va a servir. Al menos que ya no llore y te ayudo con la comida. ¿Cuántas papas pongo a hervir? Tres, mujer, tres, como siempre, una para cada una y la del Juancito. Ya la lumbre está alta para que pongas el agua. ¿Y qué más, madre, qué más? Pues nada más. No hay más. ¿No tenemos frijol? Fíjate en la bolsa, pero se nos ha acabado. ¿Maíz? Todavía le falta para cosecharlo. Cuando vayas
Señores, acaba de morir el señor presidente…
Graziella Altamirano CozziInstituto Mora En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 49. Era ya de madrugada. Una espesa neblina envolvía el jacal de la sierra poblana donde descansaba el presidente Carranza sobre las sudaderas de su caballo y usando como almohada la silla de montar. Iba caminando a Veracruz, perseguido por antiguos partidarios militares alzados contra su gobierno. El silencio era inquietante hasta que sonaron unos balazos. Tlaxcalantogo, Puebla fue el destino final del presidente Venustiano Carranza. Su gobierno constitucional, iniciado en mayo de 1917 se había enfrentado a los graves problemas que le dejaron siete años de lucha armada. La prolongada guerra civil había paralizado todos los sectores productivos que llevaron a una severa crisis económica. En política se había tenido que lidiar con la resistencia de ciertos sectores que se negaban a acatar las nuevas disposiciones de la recién promulgada Carta Magna, sobre todo en
El fracaso de los exiliados en Estados Unidos
María Luisa Calero Martínez de IrujoUniversidad Iberoamericana En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 49. Los intentos de derribar al gobierno de Venustiano Carranza por diferentes grupos desterrados de personalidades mexicanas en el exilio sucumbieron ante sus propias divisiones motivadas en razones ideológicas y de proyectos políticos. Pero también porque el gobierno de Woodrow Wilson rechazó apoyarlos. A lo largo de la segunda década del siglo XX se produjeron distintas oleadas de exiliados con motivo de la revolución mexicana. Las circunstancias políticas variaban, pero aquellos que salieron de México eran hombres que participaron en la lucha por el poder y se vieron obligados a desterrarse al resultar derrotados por otras fuerzas políticas. Las figuras que componen este exilio fueron personas con distinto bagaje cultural, ideas y capacidades. Ente ellos había miembros de la administración pública y de la iglesia, integrantes del extinto ejército federal o del que
Gustavo Garmendia, el héroe revolucionario.
Arturo Garmendia En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 35. Militar por vocación, deportista multifacético y avezado esgrimista, por un corto tiempo diputado suplente, el teniente coronel oaxaqueño se hizo a la sombra del general Felipe Ángeles y fue hombre leal al proceso revolucionario, primero junto a Francisco I. Madero y luego a la par de Venustiano Carranza y Álvaro Obregón. Su temprana muerte en el campo de batalla no le quito méritos para ser reconocido como una de las figuras destacadas de aquellos días en que la vida implicaba comprometerla por un ideal De todos los hombres de la Revolución, Gustavo Garmendia Villafagne es el único que integra en su personalidad compromiso con la causa, valentía, coraje y alegría de vivir. La familia Garmendia Villafagne era oriunda de Oaxaca. Don Demetrio y doña Delfina procrearon 15 hijos, entre ellos Emilio Garmendia [mi abuelo, el mayor de
Recuerdos de una maestra
Graziella Altamirano Cozzi Instituto Mora En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 34. Aunque nieta de un hacendado henequenero yucateco, Adela Alfaro se sumó a temprana edad, con su marido Juan, a la lucha social, siendo ambos maestros, para acabar con la explotación de campesinos e indígenas, En este testimonio relata su niñez entre mayas esclavizados y los ricos propietarios de tierras caeca de Mérida, la discriminación familiar, Felipe Carrillo Puerto y la militancia en el Partido Socialista del Sureste. A través del relato de su vida y de la evocación de los años ocultos, Adela Alfaro de Aguayo exhuma los recuerdos de su infancia transcurrida en un pequeño pueblo de Yucatán, revive las experiencias de su juventud y su inicio en el magisterio y nos deja su testimonio, cuya voz, resguardada en el Archivo de la Palabra del Instituto Mora, permite hoy asomarnos al microcosmos de
Las reformas que transformaron al ejército
Martha Beatriz Loyo FES Acatlán, UNAM En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 21. Terminada la revolución, en 1917 se emprendió la reorganización de las fuerzas militares que hasta entonces no estaban unificadas y significaban un problema político y económico para la estabilidad del país. Fueron medidas graduales, aplicadas a lo largo de más de una década El 9 de febrero de 1913, a las siete de la mañana, el presidente Francisco I. Madero salió escoltado por los cadetes de El Colegio Militar, del Alcázar de Chapultepec, para dirigirse a Palacio Nacional a donde llegó dos horas después por el acecho de los grupos rebeldes que atacaban el recinto. La actitud de los cadetes es conocida ahora como la Marcha de la lealtad. Esa mañana se inició un golpe de Estado en la capital encabezado por los generales Bernardo Reyes, Félix Díaz, Manuel Mondragón y otros, nombrado
El cine como propaganda
Héctor Luis Zarauz López Facultad de Economía, UNAM En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 21. La época revolucionaria fue clave en el desarrollo de un cine documental que informaba pero a su vez estaba muy influenciado por promover la figura de los líderes políticos. Francisco Villa fue uno de los que mejor provecho le sacó. Los intentos por hacer un cine menos politizado hallaban escaso eco Como si fuera un set cinematográfico, el país estaba listo en noviembre de 1910 para ser filmado. Entonces, el largo gobierno de Porfirio Díaz era cuestionado por la vía armada, Madero y sus seguidores habían decidido explorar un nuevo guión después de las fallidas elecciones de ese año. La trama, el escenario, las luces y los actores, toda parecía preparado para escuchar el llamado a cámara. La revolución mexicana fue la primera que se dio en los albores del siglo
Las utopías agrícolas de Michoacán desde la colonia hasta el siglo XX: Una historia con tres momentos
Pareciera que MichoacA?n es un lugar predilecto para las utopAi??as. Y es que ellas se han intentado en tres momentos que, aunque terminaron sin frutos perdurables luego de la muerte de sus promotores, sAi?? dejaron una huella importante en el espAi??ritu humano que, a la fecha, podemos apreciar y recuperar. El primer momento se dio a finales del siglo XVI, cuando algunos europeos de buena voluntad miraron al continente americano como un espacio de regeneraciA?n.