Un retrato de Carlos Jiménez Mabarak
Alma Arantxa Cervantes Merlín En revista BiCentenario, el ayer y hoy de México, núm. 69. Compositor y músico de ópera, coro, danza y cine, a Carlos Jiménez Mabarak no se lo puede definir como parte de alguna corriente, grupo o institución musical. Genio para algunos, gran profesor, para otros, compuso obras como “El paraíso de los ahogados”, “La balada de los quetzales”, “Fanfarria Olímpica” y “Retrato a Lupe”. Mi muy querido hijito: Acabo de recibir tu otra carta, la del 22 de marzo y me dices que cuando recibas esta ya estarás de vacaciones. ¿De modo que perdiste el penúltimo anillo que te he comprado? No te felicito. Está muy divertido, me reí un rato con la historia del príncipe Leblond… ¡Buen sinvergüenza estaba el príncipe! Y, sobre todo, ¡Qué papelón el tuyo delante de los “pacos”! ¿Quién iba a decirte a ti, tan tímido, que ibas a mostrarles “tus secretos”,
