Archivo de la categoría: BiCentenario 69

Marisa Pérez Domínguez Instituto Mora En revista BiCentenario, el ayer y hoy de México, núm. 69. El 31 de marzo de 1908 el periódico El Imparcial de la ciudad de México dio a conocer la noticia del fallecimiento del arzobispo de México, Próspero María Alarcón y Sánchez de la Barquera. En la primera plana del rotativo se informaba extensamente de la larga trayectoria eclesiástica del difunto, la prolongada agonía que padeció, así como la profunda tristeza que este acontecimiento causaba en la feligresía católica. Sin embargo, lo que más se destacó en la crónica fue la inédita asistencia del medio informativo a la “toilette suprema” del prelado, noticia que venía acompañada de sendas fotografías de la labor ejecutada por los facultativos en el proceso de embalsamamiento y la exposición del cuerpo en el salón del trono. Asimismo, se dio seguimiento sobre quién lo sucedería en el cargo. En virtud de la

Adán Rodríguez Ávila Programa de maestría y doctorado en Historia, UNAM En revista BiCentenario, el ayer y hoy de México, núm. 69. Los inconformes al régimen de Porfirio Díaz nunca pudieron hacer pie ante el régimen sino hasta su final. Ni conservadores ni católicos, reunidos en grupos de alcance insignificante, y enfrentados entre ellos, lograron incomodar a un gobierno que en sus distintos momentos supo manejar a la jerarquía de la Iglesia y los propietarios de los medios impresos, las principales usinas de cualquier posible rebeldía organizada. Una buena dosis concentrada de historia patria nos recuerda a Francisco I. Madero montado en un caballo cuando pensamos en los adversarios del porfiriato. Sin embargo, la aventura maderista comprende apenas tres de los 33 años de gobierno repartidos de manera desigual entre Porfirio Díaz y su compadre Manuel González. Nos imaginamos siempre al país entero alborotado, cuando en realidad, Díaz gozó de buena

Luis Fidel Acosta Machado Instituto Mora En revista BiCentenario, el ayer y hoy de México, núm. 69. Una serpenteante muñeca política tuvieron que desplegar, desde Benito Juárez hasta Porfirio Díaz, en los diferentes momentos en que los independentistas cubanos reclamaron el apoyo mexicano a su causa, en tanto España y Estados Unidos presionaban por sus intereses particulares. El espíritu de solidaridad y ayuda es el aspecto que más destacan los historiadores al acercarse al estudio de las relaciones entre México y Cuba durante la segunda mitad del siglo xix, marcada por el desarrollo de la gesta independentista de la mayor de las Antillas. Sin embargo, muchas veces obvian que la actitud mexicana debe analizarse a partir de dos aristas fundamentales: una, la postura de la sociedad civil y la personal de políticos y funcionarios; y otra, la posición oficial del gobierno. En este sentido, debe señalarse que, en cuanto a

13/13