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Jaime Lozano Alcázar Director Médico de la Fundación Hospital Nuestra Señora de la Luz En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 38. Con más de un siglo de vida sobre sus espaldas, este hospital se considera la cuna de la oftalmología en México, y centro de enseñanza de destacados especialistas mexicanos y latinoamericanos. Su consigna es que ningún paciente deje de recibir atención. Los antecedentes de la oftalmología en México se pueden remontar hasta la época precortesiana. Los aztecas o nahuas designaban a los ojos con un término por demás significativo y aun político, ixtelolotli (El Espejo Mágico). Las enfermedades oculares en conjunto se llamaban ixcocoliztli. Distinguían la catarata: ixtepella o cocoztic; las inflamaciones de los parpados: ixtenchichipeliulitzli; el orzuelo (perrilla): ixtomoniliztli; al paciente con estrabismo se designaba: ixnecuiltic; al miope: amoixtlapatli y a la migraña o jaqueca: ixcocoliztli. En el Códice Florentino se presentan algunas recetas…

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José Luis Aguilar Guajardo El Colegio de Tamaulipas En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 38. Tras el fusilamiento de Morelos, las fuerzas insurgentes que bregaban por la independencia se encontraban algo aisladas y con la moral a la baja. Fue el general navarro Xavier Mina quien, con estrategia militar y pocos hombres, a partir de 1817 asestó las primeras derrotas a los españoles en Tamaulipas, y así logró levantar el ánimo emancipador que se concretaría cuatro años más tarde. La llegada del general Xavier Mina a la provincia del Nuevo Santander (hoy Tamaulipas) en abril de 1817, marca un punto de inflexión en la historia del movimiento insurgente que, a la postre, derivó en la independencia de México. Desde 1815 los Ánimos de los insurrectos novohispanos habían decaído considerablemente porque su líder, el padre José María Morelos, había sido fusilado como traidor por las autoridades virreinales…

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Claudia Patricio Pardo Hernández Instituto Mora En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 37. La segunda epidemia del vibrio cholerae en el siglo XIX fulminó en pocas horas la vida de Mariano Otero. El agente infeccioso atacaba a todos los sectores sociales en momentos en que se desconocía cómo combatirlo. El cólera tuvo su origen en el valle del Ganges, en donde permaneció de forma endémica por siglos, pero en 1817 salió de su nicho e inició un largo recorrido que lo esparció por el mundo sembrando dolor y muerte en las poblaciones a las que llegaba, de ahí que se le conociera como “el viajero funesto” y “el cólera amarillo” o “asiático”. Comerciantes, viajeros, ejércitos, barcos y caravanas se encargaron de ser el “medio de transporte” del vibrio cholerae, el agente infeccioso causante de la temida enfermedad. El cólera es una infección intestinal aguda que se…

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Faustino A. Aquino Sánchez Museo Nacional de las Intervenciones En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 37. En el país dividido de la primera mitad del siglo XIX, la legalidad se pretendía manejar con discreción. Mariano Otero la sufrió en carne propia, por eso el impulso que le dio a la figura jurídica del juicio de amparo. Pero también tuvo su papel destacado como congresista en momentos cruciales en que se usaba la guerra para fines personales, incluso por encima de los intereses del país.   Luego de las derrotas de Padierna y Churubusco los días 19 y 20 de agosto de 1847, el general y presidente Antonio López de Santa Anna celebró un armisticio con los invasores estadounidenses para iniciar negociaciones de paz. Estaba empeñado en que el Congreso avalara esta decisión, pese a que las relaciones exteriores estaban fuera de la órbita del legislativo y…

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Cecilia Noriega, Alicia Salmeron Instituto Mora En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 37. Las emergentes clases medias se caracterizaban por su anhelo de independencia individual, su reconocimiento a la educación y al trabajo como los caminos para alcanzar esa libertad y la exigencia del derecho a representar y ser representado. Un político renovador como el jalisciense Mariano Otero fue uno de los más destacados portavoces de estas aspiraciones. Mariano Otero como diputado constituyente es una de las múltiples facetas del brillante jurista, político y sociólogo mexicano. Su elevada participación en los congresos constituyentes y extraordinarios de 1842 y 1846-1847 lo sitúa como gran defensor de los derechos individuales (de su garantías a  nivel de la carta magna) y, en consecuencia, de su lucha en contra de los privilegios de las corporaciones; también como un sincero federalista. Por todo esto el Otero constituyente es reconocido. Pero el…

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Regina Hernández Franyuti Instituto Mora En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 37. Los últimos nueve años de su vida, Mariano Otero se mudó de la rebelde Guadalajara a la capital del país, donde desarrolló los momentos cumbres de su carrera política. Si bien era de una ciudad de costumbres provincianas como la de su origen jalisciense, la presencia aquí de los principales poderes del país la hacían muy diferente. Por su importancia política, económica, social y cultural, la ciudad de México era desde la época novohispana el punto central y neurálgico de un país que buscaba afanosamente construirse como un Estado moderno. En las primeras décadas del siglo XIX formaba parte de las 11 municipalidades que desde 1824 integraban la estructura territorial, política y administrativa llamada Distrito Federal. Era la capital nacional. Su área urbana aún conservaba, con muy pocas variantes, sus límites establecidos desde la…

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Darío Fritz En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 36. La historia lineal de los vínculos entre las naciones parece necesitar de algunos nudos y enredos que las paralizan por un tiempo hasta encontrar quiénes los desaten para inyectarle mayor energía y volver a avanzar sin piedras ni lodos que la atoren. En ese lapso de marañas abunda el griterío y el desentendimiento, la amenaza de la fuerza y el golpeteo incesante de la descalificación. Desde una de las trincheras se lanzan fuegos artificiales que obligan a agazaparse del otro lado, hasta que la pólvora deje de iluminar el cielo por cansancio de los artilleros o pérdida de eficiencia. Juegan al límite, pero en el fondo la pólvora sirve para intentar imponer condiciones, aunque no caerá a tierra. Podrá haber daños, pero no destrucción. Las necesidades de convivir están implícitas y terminan por imponerse. Que de la…

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Darío Fritz En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 36. La imagen da lugar a dudas y conjeturas. Adivinanzas y acechanzas. ¿Una jornada normal para un barquero que ayuda a cruzar a una mujer de una costa a otra a cambio de unos médicos pesos para que pueda hacer el mandado, visitar a un familiar o ir al trabajo? ¿Un solitario y solidario remero sobre una improvisada madera que lleva a buen puerto a su vecina? ¿ Una vía vehicular inundada y un hombre que lo ha perdido todo, pero que aún está dispuesto a salvar a su madre de las inclemencias de la tormenta’. ¿Alguna opción más modesta a las trajineras de Xochimilco? Puede resultar gracioso cómo, ante la adversidad, los seres humanos encontramos las maneras menos sutiles, o más burdas, las de creatividad inusitada o de arrojo imprevisible, para superar una situación. Cuando poco tenemos,…

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María Eugenia Arias Gómez Instituto Mora En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 36. Tenedor de libros, en principio, la influencia de un maestro de raíces griegas alentó a Edmundo Calva Cuadrilla a estudiar en la escuela médico militar. Desde allí comenzaría una extensa carrera en la medicina que incluyó la formación en la universidad de Wisconsin, la docencia y la actividad profesional en centros públicos y privados. Edmundo Calva Cuadrilla, originario de Pachuca, Hidalgo, nació el 20 de noviembre de 1922 y fue el segundo de los once hijos que procrearon Maximiliano Calva Paredes, campesino, minero, así como pequeño comerciante, y Carmen Cuadrilla Valencia de Calva, dedicada al hogar. En la entrevista que me concedió en la Ciudad de México, el 21 de febrero de 2006, recordó que “éramos felices” y que, por consejo de la abuela materna, él y sus hermanos asistieron a escuelas primarias…

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Agustín Cadena Universidad de Debrecen En revista BiCentenario. El ayer y hoy de México, núm. 36. Poco antes de que el primer cohete estallara en el cielo y las campanas de la iglesia comenzaran a llamar, el forajido Armadillo Berlín despertó de una pesadilla. Estaba dormido “en su sueño se veía dormido” en la misma habitación que su madre, en una cama próxima a la suya. De repente empezó a soñar “dentro de su sueño empezaba a soñar” que una mexicana a quien ya despierto reconocería como Clementina Aguiar le daba la espalda y lo dejaba solo en medio de un llano oscuro. Caminaba desnuda y por sus muslos escurría la sangre de su desfloración. Pero no había sido él quien la violara, sino otro hombre: un ser oscuro, invisible, que surgió de entre las sombras y vino a despojarlo. Armadillo Berlín intentó gritar; soló que lo hacía: lanzaba gritos…

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