El 20 de noviembre en el siglo XX y el XXI
Julián González de León Heiblum / Facultad de Filosofía y Letras, UNAM BiCentenario #10 El primer aniversario de la Revolución iniciada el 20 de noviembre de 1910 no tuvo grandes festejos, aunque sí se aclamó al nuevo presidente Francisco I. Madero y al movimiento triunfador. No fue sino hasta 1912 que hubo una ceremonia oficial, con un banquete en Palacio Nacional en el que los invitados eran sobre todo parte de los tres poderes y hubo discursos apologistas. El momento clímax fue la alocución presidencial sobre la justicia, la ley y la libertad. La crisis económica, entre otros factores, impidió los festejos muy elaborados para ese día, pero había funciones especiales de cine, teatro, música y oratoria, promovidas por la Asociación pro-Madero. El Comité Oficial de Conmemoracione Patrias se hizo cargo de la celebración durante el gobierno de Álvaro Obregón (1920-1924), pero no fue sino hasta 1929, con el presidente
Editorial #6
BiCentenario #6 Participar en la conmemoración del bicentenario de la Independencia y del centenario de la Revolución, no sólo nos lleva a recordar las gestas que dejaron huella en el acontecer nacional y cuyos capítulos han llenado innumerables páginas de la historia mexicana, sino que nos invita a seguir hurgando en nuestro pasado, para detenernos a ver, con otras miradas y a través de nuevos primas, lo que fuimos ayer, con le propósito de explicarnos quiénes y cómo somos hoy. De cara a las conmemoraciones, en BiCentenario mantenemos el compromiso de ofrecer a nuestros lectores fragmentos y episodios, relatos, costumbres y tradiciones; vida cotidiana, formas culturales y todo aquello que nos ha dado un rostro propio. Entre los diversos temas tratados, en este número nos remontamos a la ciudad capital de México de los albores del siglo XX que cambia su fisonomía y modifica su espacio a partir de la
Epigmenio González. Querétaro: los primeros días
BiCentenario #9 Cuando don Epigmenio González concluyó su relato ante los miembros de la Sociedad Literaria La Esperanza el día 28 de diciembre de 1853 debía haber experimentado un gran alivio. ¡Por fin se había liberado de los recuerdos que tantos años lo oprimieron, sin poder hablar de ellos,por lo menos hasta que volvía México y aun después, pues entonces pocos le creían y no faltó quien lo tomara por loco! Se había liberado, sí, pero algo que mucho le alegraba era compartirles con personas tan notables como don Jesús López Portillo y don José María Vigil, ellos, sin duda, no permitirían que se perdieran y así se transmitirían de generación en generación. Y es que para don Epigmenio su verdad era menester para completar la historia del tiempo en que México había nacido, tiempo que, a la larga, fue feliz para la patria pues ganó su independencia, aunque infeliz
Un Ángel para la nación
Ana Buriano C. / Instituto Mora BiCentenario #9 “El día que Madero entró hasta la tierra tembló” fue la tonadilla que acuñaron las decenas de miles de habitantes de la Ciudad de México que fueron a recibirlo el 7 de junio de 1911. Los capitalinos lo recordaban como el temblor más intenso del que tenían memoria. Algún derrumbe se produjo en un cuartel de artillería por la Ribera de San Cosme, hubo cuarteaduras en edificios públicos y en muchas casas de Santa María la Ribera, uno de los barrios más dañados. Sin embargo, el “temblor Madero” quedó opacado por el sismo social que sacudía al país y produjo quizá menos especulaciones que el pasar del cometa Halley, poco más de un año antes. Pese a la intensidad del movimiento la majestuosa columna conmemorativa, rematada en su capitel por una Victoria alada recubierta en oro, que se había inaugurado poco más
Responda, niño Lucas, responda
Ana Rosa Suárez / Instituto Mora BiCentenario #9 El anciano irradiaba poder. Escribía con trazos firmes y precisos, absorto, sin duda el ceño fruncido le ayudaba fijar la atención. Ponía ahora la pluma en el tintero, se miraba en el espejo de marco estofado en oro y, con un peine de carey que extraía de la levita, se arreglaba los abundantes cabellos blancos, sin que uno solo quedara sin colocar. Lucas no reconoce la plaza que se deja ver por la ventana, pero al observarla con esmero se percata de que es la Plaza Mayor de la ciudad México, el sol mañanero que dispone juegos de luz y sombra en las fachadas la hace lucir más bella que en cualquiera de las ilustraciones guardadas en casa. Algo espeso le escurre por la cara, se palpa una herida en la sien, le duele, cómo se la causó, en qué momento, dónde
Recuerdos del Centenario
Sofía Crespo y Ramón Aureliano BiCentenario #9 El régimen de Porfirio Díaz dio tal importancia a la conmemoración del Centenario de la Independencia que una Comisión Nacional se consagraría organizarlos y coordinar las actividades en cada rincón de la república desde abril de 1907. El gobierno tendría, naturalmente, un papel relevante. Se propuso exaltar a los héroes mexicanos, como Miguel Hidalgo y Benito Juárez, aunque en el panteón patrio el presidente Díaz ocupó un lugar a su lado, en uniforme de gala y con el pecho cubierto de condecoraciones. Resultado de este afín celebrador fue, por el lado del gobierno, la inauguración de instituciones, monumentos, edificios y otras obras públicas así como el despilfarro de recursos para obsequiaría las delegaciones extranjeras a lo largo del año de 1910. Por su lado, distintas asociaciones privadas organizaron congresos, exposiciones y concursos. Y desde luego abundaron los desfiles, los conciertos y las escenificaciones
La batalla de Aculco. Crónicas opuestas de un médico y un militar
Daniela Bázquez Corral BiCentenario #9 La victoria del 28 octubre de 1810 en el Monte de las Cruces constituyó un gran triunfo para las tropas de Miguel Hidalgo e Ignacio Allende; no sólo por haber derrotado al ejército realista comandado por el general Torcuato Trujillo y mermado en su ánimo, sino por haber sido la batalla en un terreno estratégico para la conquista de la Ciudad de México. Paradójicamente, el triunfo se tradujo en una serie de diferencias entre los principales jefes insurgentes. Como es sabido, Allende y sus partidarios trataban de dar algún orden a sus improvisadas huestes, mediante una organización más precisa de sus integrantes, pero el cura Hidalgo discutía ese orden que reducía a mera retaguardia a las multitudes indígenas. La primera fase de la guerra de Independencia fue muy difícil, violenta y afectó a todos los sectores sociales. La noticia de la derrota de Trujillo a
¿Conmemorar los 200 años?
Laura Suárez de la Torre / Instituto Mora BiCentenario #9 Al escuchar en la radio o mirar en la televisión o en el cine los mensajes relativos a la Independencia, a los 200 años de México, me queda la duda de si realmente hemos entendido el significado de nuestra existencia como país independiente. Escuchar que se está orgulloso de México por la bandera, por un gol, por una selección o señalar que se cumplen 200 años de ser orgullosamente mexicano o relacionar la Independencia de México tan sólo en función de los héroes, escogiéndolos según la tendencia política: Miguel Hidalgo, José María Morelos, Ignacio Allende, Xavier Mina, Josefa Ortiz de Domínguez, Guadalupe Victoria, Vicente Guerrero, o Agustín de Iturbide, o reducir las dos centurias a las fechas 15 y 16 de septiembre o incluso a los años 1810 y 1821, o pensar que caricaturizando a los próceres se está innovando
Orizaba y las fiestas del Centenario
Eulalia Ribera Carbó / Instituto Mora BiCentenario #9 El México de 1910 no era lo que parecía, y menos aún lo que el gobierno de Porfirio Díaz intentaba que pareciera. Es verdad que el balance de los 33 años, si contamos el cuatrienio de Manuel González, durante os cuales el general Díaz ejerció el mando supremo del Estado, era altamente positivo, sobre todo si se compara la situación del país en 1910 con la de 1877. El sólido aparato estatal construido por los liberales reformadores de mediados de siglo, hizo posible que la alianza concertada en los años ochenta entre el poder político y los grandes terratenientes, principales beneficiarios de la desamortización y de la nacionalización de los bienes de las corporaciones, rindiera frutos. El desarrollo económico era notable, nadie podía poner en duda la estabilidad política, y la paz social, conseguida más a base de palo que de pan,
México, 6 de octubre de 1910: La ceremonia de la apoteosis
Guillermo Brenes Tencio / Historiador, Costa Rica. BiCentenario #9 Que el sol del Centenario ilumine el camino de la falange heroica que vencer. al destino fecundando la tierra y dominando al mar. ¡Voz de la apoteosis, que brotas de la historia, lleva hasta nuestros padres, como un canto de gloria, la vibración inmensa del alma popular! Justo Sierra, 6 de octubre de 1910 El año de 1910, Centenario de la Independencia de México, fue harto memorable. Fastuosas ceremonias y fiestas enmarcaron el gran aniversario de la República Mexicana, que contaba entonces con una población de 15 160 369 habitantes. Como agentes de la memoria oficial, las fiestas patrias de septiembre de 1910 sirvieron para erigir y develar estatuas y monumentos a los héroes de la historia patria. La construcción de los recuerdos pasados a través de los monumentos no es ingenua. La imaginación cívica que se forma con el desarrollo
