¿Conmemorar los 200 años?

¿Conmemorar los 200 años?

Laura Suárez de la Torre / Instituto Mora

BiCentenario #9

Captura de pantalla 2013-09-27 a las 13.44.57

Al escuchar en la radio o mirar en la televisión o en el cine los mensajes relativos a la Independencia, a los 200 años de México, me queda la duda de si realmente hemos entendido el significado de nuestra existencia como país independiente. Escuchar que se está orgulloso de México por la bandera, por un gol, por una selección o señalar que se cumplen 200 años de ser orgullosamente mexicano o relacionar la Independencia de México tan sólo en función de los héroes, escogiéndolos según la tendencia política: Miguel Hidalgo, José María Morelos, Ignacio Allende, Xavier Mina, Josefa Ortiz de Domínguez, Guadalupe Victoria, Vicente Guerrero, o Agustín de Iturbide, o reducir las dos centurias a las fechas 15 y 16 de septiembre o incluso a los años 1810 y 1821, o pensar que caricaturizando a los próceres se está innovando nuestro conocimiento, todo esto me hace pensar si se otorga a la historia un significado y un valor. Símbolos, personajes y fechas son indispensables en la construcción de una nación, pero si quedan sujetos a una visión reduccionista de la historia, patentizan la incomprensión de nuestro caminar a lo largo de estas dos centurias.

Captura de pantalla 2013-09-27 a las 13.45.45Los 200 años han dado sin duda mucho de qué hablar, en distintos sentidos del término. La propaganda que surgió a raíz de 2010 refleja intereses de actores varios involucrados en la tarea de recordarnos a los mexicanos el pasado con orgullo y el presente con cautela, teniendo cada uno de los involucrados –la televisión, el gobierno, los intelectuales, las instituciones, la gente común, intereses diversos. Las diferentes voces, sin embargo, coinciden en referirse a la fecha porque, en general, existe un consenso (aunque hay quienes insisten en polemizar si fue en 1808 o 1821). Alrededor de ella han surgido proyectos diversos que buscan influir en los ciudadanos haciéndonos tomar conciencia del ayer y del ahora de México a través de sus habitantes, los personajes históricos, el pasado, la riqueza natural, la diversidad geográfica, entre muchos otras representaciones, que han encontrado espacios para presentarse, proyectarse o recrearse en revistas, exposiciones, libros, películas, conferencias, etcétera. Imágenes, escritos y obras que han sido alabados por unos y criticados por otros; algunos convertidos en propuestas polémicas, inadecuadas, dispendiosas o incluso mezquinas porque es muy difícil en estos asuntos dar gusto a todos y a cada uno de los mexicanos interesados o entusiasmados por querer otorgar un sentido a esta celebración.

Algunos periodistas, politólogos, historiadores, comunicólogos, por ejemplo, se han ocupado por señalar aciertos y desatinos respecto de los responsables de hacer eco del acontecimiento histórico, pero más que emprender un verdadero análisis del significado se han quedado únicamente en el señalamiento superficial, son una crítica que no es propositiva y que, por lo mismo, no es provechosa. Otros han recurrido al momento para hacer de la conmemoración una propaganda personalista o de partido que tampoco genera un beneficio. Se puede decir incluso que en algunos pareciera existir nostalgia por el general Porfirio Díaz, por la magnificencia de los festejos que su gobierno preparó para la conmemoración del Centenario que, dicho sea de paso, más que para los mexicanos estuvieron pensados para enseñar las glorias de México en el exterior, para hablar del progreso alcanzado, y mostrar la inserción del país en el concierto de las naciones, imagen que la Revolución se encargaría de contrariar muy pronto. En lo que todos coinciden es que para la población en general, es imprescindible que lo que se presente en torno al acontecimiento, sea fidedigno, festivo, alegre, vistoso, que agrade y pueda ser disfrutado. Sin embargo, ha sido tanta la explotación del hecho que ha llegado el momento en que la gente se muestra cansada de escuchar palabras huecas que no le dejan nada y que, más allá, no le ayudan a comprender realmente el significado que ha de tener esta conmemoración.

Captura de pantalla 2013-09-27 a las 13.48.21

[…]

Para leer el artículo completo, suscríbase a la Revista BiCentenario.

PARA SABER MÁS:

  • Paz, Octavio, El laberinto de la soledad (distintas ediciones)
  • López Velarde, Ramón, La suave patria y otros poemas, México, Planeta, 1999.
  • Florescano, Enrique, Imágenes de la patria a través de los siglos, México, Taurus, 2005.
  • Visita la exposición “México 200 años”